Yarisley Silva: ¡4.75 metros de plata!

Ariel B. Coya, enviado especial

LONDRES.—Fue una noche, fría y luminosa, la que vio a la pertiguista cubana Yarisley Silva elevarse sobre el aire y rozar el cielo, con una medalla de plata que casi, casi, sabe a oro.

FOTO: MARCELINO VÁZQUEZ, ENVIADO ESPECIALFOTO: MARCELINO VÁZQUEZ, ENVIADO ESPECIAL

De repente, la tarde se había ido cubriendo de nubes. El viento soplaba, desapacible. Pero los 80 mil espectadores que cotidianamente llenan el Estadio Olímpico de Stratford estaban asistiendo a una demostración práctica de los rasgos que definen una batalla olímpica en el salto con garrocha.

“Una lucha mental”, como la definió luego la estadounidense Jennifer Suhr. Contra los elementos. Entre tres mujeres. Solo quedaban en pie —buscando los 4.75— Suhr, subcampeona en Beijing y nueva reina bajo los cinco aros; la rusa Elena Isinbayeba, mejor pertiguista de todos los tiempos que buscaba ser la primera atleta que gana tres oros seguidos en la misma prueba,… y la cubanita Silva. Pocos lo hubieran imaginado. Pero allí estaba ella. Y oteaba el cielo.

El año pasado, en el Mundial, ya había avisado con un 4.70 que la dejó a las puertas de las medallas (quinta). Y luego, en Guadalajara, la apoteosis: los 4.75 con que implantó un récord nacional y superó a la monarca del orbe, la brasileña Fabiana Murer.

“Muy feliz por haber logrado mi sueño. Esta medalla, aparte de mi familia y mis amistades, es una de las cosas más lindas que me ha pasado. Y realmente me siento muy orgullosa”.

Frío en el aire, frío en el ambiente. La cubana supo imponerse a esa fría guerra de nervios y volvió a desafiar la gravedad, mientras Isinbayeba (4.70), como en Beijing, se refugiaba en una toalla. La rusa buscó desesperada los 4.80, pero se fue de vacío y lloró desconsolada en el hombro de su entrenador, al quedar con un bronce.

Ayer, Silva, estuvo a punto, a escasos centímetros, de superarse de nuevo, en las condiciones adversas, pero con esos 4.75 igualó su propio récord, y conquistó una presea de plata. De una talla extraordinaria.

SUPER FÉLIX Y EL CARIBE BRILLAN

No fue, sin embargo, la única apoteosis del atletismo, pues el día después que Bolt y Blake hicieron vibrar a Jamaica, haciendo el 1-2 en el hectómetro, el Caribe siguió de fiesta.

A sus 35 años, Félix Sánchez, Súper Félix, resurgió como el ave Fénix de sus cenizas en los 400 metros con vallas, para convertirse en el único dominicano con dos medallas de oro en los Juegos.

No fue fortuito. En las dos rondas anteriores había sido igual el más rápido y ayer cubrió la distancia en 47.63 segundos, su mejor marca desde Atenas 2004, mientras un discípulo suyo, el boricua Javier Culson (48.10), también hacía historia, al lograr para Puerto Rico una presea olímpica fuera del boxeo.

Por si fuera poco, para Dominicana, Luguelín Santos (44.46) obtuvo la plata en los 400 m planos, en los que el campeón mundial Kirami James (43.94) le dio a Granada su primer título en un podio totalmente caribeño, con el trinitario Lalonde Gordon (44.52) como tercero, y un hecho inédito: Por primera vez no se clasificaron estadounidenses a la final, pese a que los últimos siete campeones olímpicos de los 400 habían sido de Estados Unidos, desde Los Ángeles 1984. El Caribe gobierna la velocidad en Londres con un absolutismo que va más allá de las simples marcas o títulos.

7 de agosto de 2012

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