El Rey Midas pierde su toque

Ariel B. Coya, enviado especial

LONDRES.—De repente, un tsunami sacudió el Centro Acuático de los Juegos Olímpicos. Las aguas se abrieron y de la piscina emergió Michael Phelps… sin otra medalla de oro.

Francia supera espectacularmente a Estados Unidos en la final de 4x100 metros libres y a Phelps se le escapa otro título. FOTO: DAYLIFE

En la prueba que cerró la jornada de ayer, la final del 4x100 libre, el relevo de Francia (3:09.93 minutos) superó espectacularmente al de Estados Unidos (3:10.38) y se tomó la revancha de Beijing 2008, donde los norteamericanos impusieron el récord mundial (3:08.24) en pleno esplendor de su estrella.

El Rey Midas de la natación, sin embargo, ya no es el que era. Lo había dejado entrever su entrenador Bob Bowman, al explicar que su nivel “ya no es de 10”, y lo confirmó el propio Phelps, enfadado consigo mismo, cuando afirmó: “Ha sido una carrera de mierda”, en alusión a la final de los 400 metros estilos combinados, donde se vio desbordado por su compatriota Ryan Lochte y, por primera vez en muchísimo tiempo, se quedó fuera del podio.

Aunque esta vez, cabe decirlo, el oro no se le escapó por culpa suya —puesto que hizo el tramo más veloz de su cuarteto: 47.15—, sino por la de Lochte (47.74), el hombre del momento, cuya ventaja borró el cuarto nadador galo, Yannick Ángel (46.74), con un cierre brillante en los últimos 50 metros.

Francia, además, saboreó otro oro por intermedio de Camille Muffat, quien fijó récord olímpico en la final de los 400 libre (4:01.45), por delante de la estadounidense Allison Schmitt (4:01.77), al igual que hizo el sudafricano Cameron Van der Burgh (58.46) en los 100 metros pecho.

En tanto, Phelps intentará colgarse al fin su decimoquinto metal dorado mañana en los 200 m mariposa, precisamente la prueba en la que captó la atención del mundo cuando era un chiquillo de 15 años y acabó quinto en los Juegos de Sydney 2000. De momento, el Rey Midas del agua se ha hecho terrestre.

30 de julio de 2012

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