|
Cubanos en la Villa Londres’12 Alfonso Nacianceno, enviado especial LONDRES.—Llegar a la Villa Olímpica es sumergirse en un mar de banderas, colores, idiomas, de orgullo patrio reunido en un haz de fraternidad compartida de muchas maneras.
Entre sus recién estrenadas edificaciones, en una de las primeras que se divisa tan pronto el ómnibus desmonta su preciada carga de deportistas que regresan de los entrenamientos, está una gigantesca Bandera de Cuba —majestuosa en su tono tricolor— cubriendo de norte a sur casi toda la fachada del recinto. Fue una agradable mañana olímpica. Cuando uno disfruta de un panorama irrepetible como el de ver bailar en una misma plaza a jóvenes de disímiles nacionalidades, razas y creencias, se pregunta: ¿Cómo es posible esta mágica unión entre los pueblos y ese mismo mundo no sea capaz de vivir en un ambiente de paz y respeto mutuo?
No fueron muchos los atletas nuestros que pudimos entrevistar en el horario del mediodía. Regresaban de sus entrenamientos y se disponían a descansar, nada de andar merodeando por la plaza internacional restándole minutos a la recuperación. El compromiso con su pueblo es grande, y ellos vienen dispuestos a cumplirlo.
24 de julio de 2012 |
||