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Latinoamérica defenderá su sueño Alfonso Nacianceno, enviado especial LONDRES.—Si Latinoamérica abraza la esperanza de dar un golpe conjunto que la lleve a sobrepasar las 500 preseas en Juegos Olímpicos, los agoreros británicos han pronosticado cuáles naciones y qué deportistas nuestros tienen opciones de conquistar algunos galardones.
América Latina suma 477 medallas (128 de oro, 153 plateadas y 196 de bronce), senda abierta por el esgrimista cubano Ramón Fonst en París 1900, primer latinoamericano que rindió la cima del olimpo a sus pies. En la lista de posibles atletas y equipos sobresalientes publicada por los británicos hay imperdonables omisiones como la de la taekwondoca mexicana María del Rosario Espinosa, reina regente y, al referirse a la delegación cubana, no aparecen por ninguna parte el grequista monarca olímpico Mijaín López, ni el boxeador Julio César la Cruz, titular panamericano y del orbe. Pudiéramos detallar otras ausencias en la mencionada lista, pero esa valoración —cual mal chiste de fino humor inglés— muestra que aun cuando países como Brasil y Argentina experimentan un alza en sus resultados y existe una ALBA que contribuye al avance del deporte en naciones pobres, los anfitriones de estos Juegos Olímpicos nos siguen mirando con desdén. Sin embargo, Gran Bretaña, a pesar de ser la sede, solo se ha propuesto ganar tres medallas más que en Beijing’08, donde obtuvo 19-13-15, e intentará mantener su cuarto sitio en el medallero. El análisis, que conjuga texto con cifras, tampoco pondera, en esta época de vacas flacas, el gigantesco esfuerzo realizado por las naciones de nuestro continente para montarse en la cresta de una ola de eventos clasificatorios a los que debieron asistir persiguiendo un boleto para Londres’12. Si el día de la inauguración desfilarán más de 200 países, entre ellos, aportando brillo al espectáculo y después a las competencias, estarán los de América Latina, sin olvidar a ese Caribe que con Usain Bolt y el atletismo a la cabeza sorprendió al mundo. Para delegaciones como Bolivia, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Puerto Rico y Guatemala —que nunca han ganado un oro— el solo hecho de salir a competir será una recompensa únicamente comparable con la gloria. No en balde Salvador Jiménez, titular del Comité Olímpico de Honduras, a su llegada a esta ciudad afirmó: "Nuestro país es muy pobre, tiene una asignación presupuestaria baja que impide masificar el deporte y hallar talentos". En términos parecidos habló su similar guatemalteco Sergio Arnoldo Camargo, quien lamentó que el fútbol en su tierra "cuenta con una buena parte de los recursos monetarios y capitaliza el apoyo de los patrocinadores".
En esta sede londinense, cuando comience la fraternal batalla, quienes dudan de las posibilidades de nuestros países constatarán el coraje de deportistas como el nadador brasileño Cesar Cielo, el saltador panameño Irvin Saladino, de los boxeadores, judocas y luchadores cubanos, por solo citar tres disciplinas; también sentirán el empuje de los elencos auriverdes de voleibol (sala y playa) y de fútbol; la estirpe de las jugadoras argentinas de hockey sobre césped, y apreciarán la valía de otros más. Igualmente, como prueba de hidalguía y amor patrio, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, al dirigirse a su delegación, la instó a hacer un alto en las diferencias existentes con Gran Bretaña por el tema de la soberanía de las Islas Malvinas, en pos de competir en un ambiente digno, desprovisto de predisposiciones. El Comité Organizador de los Juegos ha intentado dejar atrás un grupo de problemas acuciantes, sobre todo la seguridad y el buen funcionamiento del transporte. Ha llevado esta fiesta a la calle, con el recorrido de la antorcha olímpica y el Festival Cultural, entre otras actividades. Los ingleses quieren una exitosa fiesta. Latinoamérica también tiene su sueño y es preciso que se lo respeten.
24 de julio de 2012 |
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