De la austeridad a la opulencia

Ariel B. Coya, enviado especial

Foto: Ricardo López Hevia, enviado especial LONDRES.— Hace 64 años, cuando Londres acogió los Juegos Olímpicos, la ciudad estaba tan deprimida por las cicatrices de la Segunda Guerra Mundial que los atletas debieron dormir en barracones, varios países contribuyeron llevando sus propios alimentos, las medallas fueron de hojalata y en total su organización solo costó 750 mil libras (1,1 millón de dólares). De ahí que, sin duda, aquellos "Juegos de la Austeridad" contrastarán sobremanera con los que se apresta a celebrar ahora la capital británica.

Con un monto de 9 300 millones de libras que ha cuadruplicado el presupuesto inicial del evento, Londres no solo se ha maquillado como una duquesa para la boda de su hija, erigiendo súper estadios, rascacielos y gigantescos centros comerciales para los deportistas y espectadores que llegarán de todo el mundo; sino que encima ha debido renovar y expandir el transporte público, aunque —según un sondeo de YouGov— únicamente un 25 % de los británicos cree que la red soportará la afluencia de visitantes.

Es de notar, además, que las 4 700 medallas acuñadas para premiar a los vencedores serán las más grandes y caras de la historia, y que en su afán de atraer turistas y realzar el espectáculo, la ciudad ha preparado un rico y cosmopolita cóctel de eventos culturales, convocando a afamados artistas como el ex Beatle Paul McCartney.

De hecho, tan solo la ceremonia de apertura costará 27 millones de libras y tanto es el fasto y el misterio que rodea el espectáculo dirigido por el cineasta Danny Boyle para impresionar a los 80 000 espectadores en el estadio y a los millones de personas que seguirán la ceremonia por televisión, que el rotativo Sunday Times apostó bromista por "Mary Poppins descendiendo del cielo para salvar a los niños aterrorizados por Voldemort", el oscuro enemigo del mago Harry Potter en las novelas de J.K. Rowling. Lo que no sería demasiado descabellado para unos Juegos que definitivamente no han escatimado en gastos.

23 de julio de 2012


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