Una agradable bienvenida y…

Los “no se puede”

Alfonso Nacianceno, enviado especial
alfonso.gng@granma.cip.cu

LONDRES.— La amable bienvenida dispensada por los voluntarios en el aeropuerto —contrastante con el cielo gris y la frialdad de un verano muy diferente al nuestro— halaga a los cubanos que llegan a esta sede de los Juegos Olímpicos.

Mas, tan pronto como comienza a impresionar los sentidos del visitante la agitada realidad de esta cosmopolita urbe, van apareciendo los rasgos de una organización del evento que, si bien pretende garantizar su éxito, ofrece una cara rígida de cómo quieren los anfitriones controlar las posibles reacciones del público.

Y en ese prearranque clasifican quienes afirman que los anfitriones han divulgado una abrumadora cantidad de avisos, recomendaciones y restricciones para asegurar el apacible paso de una lid que beneficiará en medio de la crisis al actual gobierno de conservadores y liberales en el poder, liderados por David Cameron.

Así, antes de dirigirse a las sedes del clásico, los aficionados han de mirarse en el espejo para comprobar si cumplen con las condiciones exigidas en la puerta de los estadios, mucho más si es un enamorado del fútbol.

Entre los "no se puede" concebidos para el balompié, aunque llovizna a cada rato, está prohibido usar sombrillas en las tribunas, los bolsos deben ser pequeños, de material suave, y han de ponerlos debajo del asiento. Si viola una sola de estas reglas, pierde el boleto de entrada.

Lucir un pulóver o camiseta con la imagen del Che está prohibido en todas las arenas, porque "tiene un sentido político". Las cámaras fotográficas no sobrepasarán los 30 centímetros de ancho; no se portará bandera mayor de un metro de alto por dos de ancho; nunca aparecerse en un graderío con sombrero; tampoco admitirán walkie-talkies, radios portátiles, ni una cantidad excesiva de alimentos (no especifican cifra); en tanto hace meses quedaron desterradas las vuvuzelas, claxons, trompetas, tambores u otros instrumentos musicales. Únicamente sobreviven a la censura los teléfonos celulares.

Ayer también se supo que nuevamente amenazaron con ir a la huelga los transportistas, los cinco aeropuertos y la aduana, que desde semanas atrás exigen el pago de un bono durante la duración de los Juegos, mientras los hoteles triplican sus precios.

Se dan los toques finales al espectáculo inaugural del día 27, el director Danny Boyle manifestó su inconformidad porque los productores comerciales rechazaron algunas de sus ideas de cómo ubicar las cámaras. El tiempo de los ensayos se ha reducido, al parecer en señal del malestar existente, aunque el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge confía en que la ceremonia de apertura borrará cualquier problema anterior.

21 de julio de 2012


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