¡Recibo, luego existo!

Alfonso Nacianceno
alfonso.gng@granma.cip.cu

  Foto: GetimageNo es nada del otro mundo, solo una manera de jugar que evita desbarajustes en un equipo de voli: ¡Recibo, luego existo! Acción nada plausible entre los hombres y mujeres cubanos durante más de tres décadas de experiencia, cuando iniciaron su despegue en el ámbito internacional.

Anclemos en el presente: Liga Mundial. Muchos, y no precisamente agradables, son los comentarios de la afición si ven a cualquiera de los tres receptores nuestros fallar, o enviar la bola vaya usted a saber con qué calidad hacia el pasador, convertido entonces en incansable andarín por toda la cancha para alcanzarla.

Cuba recibe con los dos atacadores auxiliares (el capitán Wilfredo León y Henry Bell), junto al líbero (Keibel Gutiérrez), impedido de entrar a la net para rematar. No obstante la pesada carga que asume Gutiérrez, sus otros dos compañeros son asediados sin misericordia por el rival para anularlos a la ofensiva.

Aún así León, quien comenzó la Liga el 28 de mayo con raquítico 14,29 % de efectividad (se considera bueno del 30 % en adelante) y cometiendo cuatro faltas en 21 bolas, ha ido levantando. Por ejemplo, el 2 de junio contra Italia tuvo 18 recibos excelentes, otros seis balones respondidos de forma eficiente y cero falta, para el 75 %. Alcanzó el 41,46 en el segundo choque frente a los bambinos; 66,67 y 44,44 en los dos compromisos de cara a Francia, mientras en las recientes victorias a costa de Sudcorea fue Keibel quien más trabajó: 60 %.

¿Qué sucede con León? Ya los adversarios lo conocen por sus actuaciones sobresalientes en las dos Ligas precedentes, saben de su fuerza por las zonas dos, cuatro y por el centro explotando sus ataques zagueros, además de poseer un saque potente, de ahí que la orden de molestarlo con el servicio está dada. Para ofrecerles una idea exacta de esto último, observen: en los ocho partidos jugados por Cuba, el santiaguero ha recibido, como promedio, 23 servicios en cada uno. Aun cuando Keibel intenta cubrirlo, no siempre tiene éxito, pues le resulta imposible desplazarse a una velocidad superior a la que viaja el balón cuando el saque es fuerte y rasante a la malla.

El margen de faltas de León es bajo, entre 1-2 por encuentro, en contraste con las veces que realiza esa acción de forma excelente, según las estadísticas oficiales del evento, así ocupa el lugar 20 en este departamento entre más de 200 voleibolistas de los 16 equipos en concurso.

Bell, esforzado e inmutable, acusa algunas dificultades técnicas para la recepción, como contraerse un tanto, o no ubicarse totalmente de frente al balón al responder el servicio, de ahí que Keibel —en el puesto 11 entre los mejores— junto a León constituyen el eje en el tema de replicar los lances.

Ahora, cuando se expresa esa tendencia positiva en este aspecto decisivo para armar la ofensiva, lo primordial será mantener una interrelación fluida entre los seis regulares. Estos muchachos transitan por el mejor momento de la competencia, pero también es cierto que asumirán sus dos tramos más difíciles: desafiar a Francia e Italia.

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Redacción Deportiva y Equipo de Ediciones Digitales del Periódico Granma
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