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Juegos del equipo Cuba
Cuba en la final de la Liga Mundial Y el equipo cubano alcanzó lo que para no pocos entendidos era imposible, primero al comenzar la Liga Mundial y luego en este final de calendario preliminar, precisado a derrotar a uno de los colectivos más laureados del voleibol en el orbe, Italia. Sin embargo, nuevamente la Mayor de las Antillas ha expresado en el concierto universal que tiene una sólida escuela de este deporte, al incluirse en la final de este fortísimo evento, que además le exigió jugar siempre de visitante ante las deficiencias propias de no poder garantizar en casa las condiciones de anfitrión. Cuba, con un equipo titular renovado al 50 por ciento, hizo gala de combatividad, también de buen voleibol y sobre todo de una convicción en el triunfo, que por momentos hasta sus más fieles seguidores no encontraban, pero que a sus voleibolistas nunca les faltaron. Cuando se cumple ahora el mayúsculo objetivo de la clasificación, el colectivo técnico, una vez más dirigido por un sabio de la malla alta como Orlando Samuels, sí va a celebrar, porque razones le sobran para ello, pero de seguro no se embriagará con las mieles del triunfo y entrará en los necesarios razonamientos para emprender una etapa aún más compleja desde el próximo día 6, pues ningún equipo deportivo cubano se conforma con un paso hacia la cumbre, sino que busca siempre coronar las cimas. De esa manera abordará y continuará trabajando en la principal deficiencia, la recepción. Buscará seguramente intensificar la labor con nuestros centrales, sobre todo los más noveles, quienes tienen la responsabilidad de la custodia en la net para que ellos no se vayan detrás de la pelota y siempre busquen al jugador, lo cual los dejará en mejor posición de cara al ataque rival. Ha de empeñarse en el trabajo en la defensa de campo sabedor de que ese renglón en el voleibol moderno es decisivo, pues permite mantener la bola y con ella la posibilidad de marcar en el pizarrón, no como antes cuando se jugaba al cambio de bola, que si no se defendía, pues no había tanto en contra. El juego que acabamos de ganar para clasificarnos, lo demuestra. Debe mejorar el aporte de los opuestos, sin renunciar ni por un segundo a los desempeños de nuestros auxiliares sobre quienes descansa la ofensiva. Igual no cejar en el saque con la intencionalidad requerida. Y también el colectivo y toda Cuba premiarán a un Henrry Bell que ha dado prueba de consagración infinita. Pasó por tres generaciones de cuadros regulares y ahora cuando le tocó la responsabilidad supo estar a la altura de un voleibolista de clase extra. Y esa altura la multiplicó, desde su pequeña estatura para el voleibol que se juega hoy. Reconocimiento para Yaondi Díaz, sin un minuto de descanso, creciendo como la espuma a medida que avanzó el certamen, igual que Keibel, decisivo en esta victoria frente a Italia. Las palmas también para León, madurando como capitán, que también se elevó en los momentos más difíciles del conjunto. A Vives, Adalberto y Samuels, ¡Felicidades! por lograr lo que ustedes nunca pusieron en dudas, estar en la gran final. Y si alguien le cupiera alguna duda, el 3-0, de 25-21, 25-20 y el 26-24 para la despedida, no dejan dudas: el equipo cubano puede abrirle el marcador a cualquiera y definir por cerrado que sea el duelo y ante el adversario que sea, solo tiene que mostrarse con sus reales potencialidades.
Dio un paso más la escuadra cubana de cara a la final La selección cubana de voleibol dio un paso firme en sus aspiraciones de llegar a la final de la Liga Mundial al vencer, incluso cómodamente, en el segundo set del encuentro ante Italia que cierra el calendario preliminar en el grupo D. En la segunda manga los antillanos volvieron a cerrar bien la net y dispusieron de continuas pelotas para el contragolpe, bien por esa faena y por una no menos destacada en la defensa de camp, que a nuestro juicio ha sido la mejor que ha exhibido en el torneo. Nuevamente Bell se colgó al equipo de su potente brazo y continua liderando la ofensiva caribeña, ante un cuadro italiano que se desconcertó a tal punto que su director técnico se vio obligado a refrescar a sus jugadores regulares después que sus adversarios le abrieron el marcador. Ahora solo le queda un set a la Mayor de las Antillas para lograr la ansiada clasificación, lo cual dejaría fuera a la escuadra de Serbia, bronce en la pasada Liga Mundial. De seguir jugando armónicamente en todas sus líneas, es decir recibo, pase, ataque, defensa en la net y de campo, y un saque con precisión e intencionalidad, Cuba habrá conseguido su pase, tal vez como muy pocos esperaban, venciendo a la temible plantilla italiana.
Cuba abrió delante en decisivo partido Aunque con la tensión de ganar el partido, pues solo eso le vale para la clasificación, Cuba abrió ganando el primer set con un buen trabajo en la net y buena defensa de campo que pudieron suplir el daño que causó el recibo y que le dio al primer parcial un matiz dramático, pues por momento el equipo antillano parecía grande y luego caía en picada. A diferencia del partido anterior, esta vez León y Bell lideraron los puntos caribeños, cada uno con cinco. Las palmas en este arranque para el pasador Yoandi Díaz, quien estuvo certero pese a las malas recepciones, además de ser un baluarte en la defensa en la red. Ante Italia es fundamental el trabajo de la defensa de campo como fue en la apertura, dando la posibilidad de contragolpes efectivos, igual ha de ser el desempeño en la net como variante de puntos, pero también como forma de quedarse con la esférica para contraatacar. Y es vital mejorar el recibo para ampliar las posibilidades ofensiva, de la misma manera que el saque debe ser arriesgado, pero con la intencionalidad necesaria de molestar la zaga bambina, afectada ya por los sacadores de la Mayor de las Antillas.
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