Hace
veintinueve días, Alemania empezó con gran estilo su campaña
mundialista, imponiéndose por un margen de dos goles. El sábado
repitió la gesta, con un 3-1 sobre Portugal que le otorgaba el
bronce en un torneo del que ha sido una de las formaciones más
positivas y prolíficas en ataque, algo a lo que los hinchas han
contribuido enormemente con su entusiasmo y hospitalidad.
La ocasión fue propicia para que se luciese Bastian
Schweinsteiger, autor de dos sensacionales dianas, y de cuyas botas
también partió el tercero, al ejecutar un golpe franco que Petit
introdujo en su propia portería. Y fue asimismo una noche para el
recuerdo de dos grandes de la época moderna: el fabuloso portugués
Luís Figo, que rubricó su despedida del fútbol internacional
dando la asistencia del gol del honor de su equipo en los instantes
finales, y Oliver Kahn, guardameta titular de la Nationalmannschaft
durante muchos años, que anunció su retiro de la selección tras
el pitido final. Lo mismo sucedía con Pauleta, capitán en este
encuentro debido a la suplencia de Figo.
Mientras que Alemania pudo celebrarlo y olvidar sus
lágrimas de hace cuatro días, cuando Italia le negó la
oportunidad de disputar la final, Portugal pudo al menos deleitarse
con el tanto de Nuno Gomes al filo de la hora, gracias a un
exquisito centro de Figo. Hasta ese momento, parecía que los lusos
iban a hacer las maletas decepcionados por no haber podido marcar en
sus tres últimos partidos. Sin embargo, el cuarto puesto representa
un resultado sensacional para los hombres de Luiz Felipe Scolari, el
mejor de su historia desde 1966, cuando fueron terceros.
El duelo por el bronce suele deparar bastantes
goles, una media de 3.93 en los quince anteriores, y no constituyó
ninguna sorpresa que el Gottlieb-Daimler-Stadion de Stuttgart
contribuyese a la tradición con un nuevo espectáculo.
Tras una primera parte sin tantos, el partido daba
la impresión de ir a romper aquella tendencia, pero no fue así en
absoluto. Después de todo, la selección alemana es la más
goleadora de la competición, con 14 goles. Y esta vez, aunque
Miroslav Klose y Lukas Podolski, Mejor Jugador Juvenil, no lograsen
ver puerta, el artífice del triunfo fue un centrocampista ansioso
por reivindicarse después de no haber jugado la semifinal ante
Italia.
Los dos cañonazos con los que Schweini
perforó la meta de Ricardo hicieron que la elección del mejor
jugador del partido fuese obvia. El primero fue un disparo
envenenado que se coló entre los brazos del arquero.
El segundo gol llegó a raíz de un lanzamiento de
falta de Schweinsteiger que Petit introdujo en su propia portería.
Luego, a falta de 12 minutos, el futbolista del Bayern de Múnich
volvió a correr desde la banda hasta la frontal y envió otro
durísimo tiro ante el que nada pudo hacer Ricardo.
Tal y como había prometido, Jürgen Klinsmann
devolvió la titularidad a Kahn bajo palos para darle la oportunidad
de jugar en una Copa Mundial de la FIFA en su país. Robert Huth
esperaba participar en su segundo partido del torneo, pero una
lesión sufrida durante el calentamiento le impidió actuar, y Jens
Nowotny lo hizo en su lugar.
El encuentro también se vio privado de la chispa de
Michael Ballack, también lesionado. En los primeros compases
Portugal realizó algunos ataques interesantes, a través de un
inteligente juego combinativo. En el minuto 15 Simão envió un buen
pase para Pauleta, pero el guardameta adivinó las intenciones del
capitán portugués, otro que decía adiós a los colores de su
selección.
El entusiasmo de Klose por obtener la Bota de Oro le
hizo pecar de egoísmo en los primeros diez minutos, en una jugada
en la que Podolski estaba mejor situado. Su desempeño prometía
mucho, pero acabó siendo sustituido sin que pudiese aumentar su
registro de cinco goles, marcados en los cinco primeros partidos de
Alemania. No obstante, a menos que Thierry Henry se desboque en la
final, Klose tiene asegurado el título de máximo anotador.