Estadio: Soccer City, Johannesburgo
Asistencia: 84,490 espectadores
Árbitro(s): Howard Webb, (Inglaterra)

Alineaciones. Holanda: Maarten Stekelenburg (1), Joris Mathijsen (4),
John Heitinga (3), Giovanni Van Bronckhorst (5)
Edson Braafheid (15) por Van Bronckhorst min 105, Gregory Van Der Wiel (2),
Nigel De Jong (8) Rafael Van der Vaart (23) por De Jong min 99,
Mark Van Bommel (6), Robin Van Persie (9), Wesley Sneijder (10), Dirk Kuyt (7) Eljero Elia (17) por Kuyt min 71, Arjen Robben (11). DT: Bert Van Marwijk. España: Iker Casillas (1), Carles Puyol (5), Gerard Piqué (3), Joan Capdevila (11), Sergio Ramos (15), Sergio Busquets (16), Xabi Alonso (14) Cesc Fábregas (10) por Alonso min 87, David Villa (7) Fernando Torres (9) por Villa min 105, Xavi (8), Andrés Iniesta (6), Pedro (18) Jesús Navas (22) por pedro min 60. DT: Vicente del Bosque. Goles: Andrés Iniesta min 116.

 

VS.
España, Rey del Fútbol y nación deportiva de prestigio

Johannesburgo.— Rafael Nadal, con la bandera española pintada en sus mejillas, alzó los brazos y gritó junto a Pau Gasol.

Eufóricos, ambos celebraban lo que habían venido a ver hoy a Sudáfrica: con su título de esta noche en el Mundial, España cerró el círculo de la nación deportiva perfecta.

Todos habían ganado, disciplinas de peso como el baloncesto, tenis, Fórmula 1, motociclismo, atletismo, golf y un largo etcétera ya habían alcanzado la cima con éxitos en sus mejores escenarios y títulos mundiales.

Sólo faltaba el deporte más popular del país, el juego que enloquece a la abrumadora mayoría de los españoles: el fútbol.

Con el 1-0 sobre Holanda en la final de Sudáfrica 2010 el estallido de euforia cruzó de punta a punta todo un país hambriento de éxito en el deporte que más ama. Así, España envió la peor versión de su historia deportiva al baúl de la abuela, al rincón más polvoriento, oscuro y alejado que exista en la península.

Ya no hay complejos, dijo esta semana a dpa Vicente del Bosque, el seleccionador que llevó a España a la cumbre tras la estación intermedia de hace dos años con el título de la Eurocopa.

"Si buscara una razón lógica, no la encontraría. Si salimos de lo puramente deportivo, España siempre fue un país que parecía que no estaba en Europa, y afortunadamente hemos ido entrando con toda normalidad. En fútbol, en tenis, en atletismo, en ciclismo, en todos los deportes... Es una cosa natural de un país que ha ido creciendo socialmente".

España ofrece un panorama de éxitos deportivos difícilmente igualable por ningún otro país.

Baloncesto? España es campeona del mundo. Tenis? El mejor del planeta se llama Rafael Nadal. Fórmula 1? Fernando Alonso es bicampeón mundial y, desde esta temporada, piloto de Ferrari.

La lista abruma, porque continúa con éxitos en ciclismo, motociclismo, atletismo, balonmano, triatlón, gimnasia y así hasta casi el infinito.

"Somos ciudadanos privilegiados de tener tantos deportistas buenos. Y el fútbol arrastra a los demás deportes, hemos estado tantos años despegados del éxito, que ya es hora. A la familia del fútbol le toca triunfar y estar en primera plana".

Del Bosque puso el dedo en la llaga: España, una de las naciones más apasionadas por el fútbol y escenario de una de las Ligas más importantes del mundo, arrastraba hasta hace dos años una historia negra de fracasos que se nutría de codazos, penales fallados e incluso de "no goles", de tremendas ocasiones favorables falladas.

Temblaba más la cabeza que el fútbol, aunque la selección actual esté a años luz de distancia de la tosquedad basada en la "furia" de los '70 y '80. Temblaban más las convicciones que las piernas. Hasta que España y su deporte comenzaron a cambiar en el verano (boreal) de 1992, cuando los Juegos Olímpicos de Barcelona le demostraron a todo el país que no estaban obligados a seguir siendo sumisamente perdedores.

País complejo si los hay, con separatismos de importante presencia en regiones como el País Vasco y Cataluña, España tenía históricamente una relación de amor-odio con su selección y con los colores rojigualdos de sus símbolos nacionales. En los años más aciagos la selección de fútbol sufrió incluso algo peor que la burla: la indiferencia.

Entonces llegó la Eurocopa de Austria Suiza, con un Luis Aragonés eje de todo tipo de críticas y desconfianzas. Le dio igual, porque España batió a Alemania 1-0 en la final, clausuró 44 años sin títulos internacionales y, como dijo recientemente Del Bosque a dpa, dejó de ver a los germanos como "hombres de otra raza".

Adiós al recuerdo de la eliminación en la primera fase de la Eurocopa 2004, adiós a la amargura por irse de Alemania 2006 en octavos, nada menos que ante la "enemiga" Francia, hoy hundida mientras España está en la cima.

En esos dos años entre el éxito de Viena y el sueño de superarlo en Johannesburgo, el Barcelona se convirtió en la referencia del "fútbol-caviar" y se consolidó como base de una selección española tan joven como experimentada. La felicidad de Andrés Iniesta y las lágrimas de alegría de Iker Casillas eran hoy la cara de una España, ganadora, la emoción de la nación deportiva perfecta. (DPA).

 
vea sus opiniones

    

 

Subir