Puerto Elizabeth.—
Alemania logró el tercer puesto del Mundial al ganar por 2-3 a
Uruguay en un encuentro trepidante, en el que los dos equipos
quisieron ganar, pero en el que los goles no los puso el que más
ocasiones creó, por lo que la fiesta uruguaya se vio frustrada con
una derrota inmerecida.
El partido se decantó a favor de Alemania por su capacidad de
resolución de jugadas aisladas, pero Uruguay cuajó un mejor fútbol,
llegó más a la meta del rival e incluso envió un balón al larguero
en la última jugada.
Como buen partido por el tercer puesto, el encuentro fue intenso
desde el principio, con dos equipos que querían ganar y que
dispusieron de varias ocasiones de gol al principio del choque, con
una falta de Forlán para los uruguayos y un cabezazo del defensa
Friedrich al larguero como opciones claras antes del minuto 10.
Es cierto que Alemania necesita elaborar menos el juego para
llegar a la portería rival, pero los zarpazos de los uruguayos
llegaban envenenados a la meta de Butt, aunque para lanzarlos era
necesario un fútbol más complejo, con muchos pases y circulación de
balón.
Muslera, a los 18 minutos, rechazó un potente disparo de
Schweinsteiger y Mueller, a puerta vacía, logró el 0-1. No sólo no
se descompuso el equipo uruguayo, sino que mejoró en su juego y fue
capaz de llegar con frecuencia a meta alemana tanto en jugadas
trenzadas como al contragolpe.
En uno de ellos, un buen balón de Suárez a Cavani llegó el gol de
empate para Uruguay, equipo que pudo hacer el 2-1 en una contra de
Suárez a los 42 minutos, en el que lanzó demasiado cruzado.
El partido llegó al descanso con el empate en el marcador sin que
Alemania se hubiera sentido cómoda sobre el césped y con la
sensación de que Uruguay tenía argumentos suficientes como para
aspirar a la victoria en la reanudación.
Uruguay empezó el segundo tiempo como acabó el primero: potente y
peligrosa. Pudo marcar Luis Suárez en la primera jugada de peligro,
pero lo hizo Forlán en la segunda tras una gran jugada de coraje de
Egidio Arévalo por la banda derecha.
El partido se había puesto de cara a Uruguay, pero Alemania
empató enseguida. En una acción en la que Muslera no estuvo
acertado, Jansen, de cabeza, estableció la igualada cuatro minutos
después, lo que dio paso a unos minutos vibrantes, con jugadas ante
ambas porterías, entre dos equipos que querían ganar.
Era un partido de ida y vuelta en el que los dos equipos
encontraban espacios para el contragolpe y en el que daba la
sensación de que el gol no tardaría en llegar a una u otra portería.
Sin embargo, la lluvia que cayó con discreción en el primer
tiempo se tornó intensa en algunos momentos a partir de mitad del
segundo, lo que propició un escenario al que se adaptó mejor el
equipo alemán.
Como consecuencia de esa adaptación llegó el 2-3 en una jugada
embarullada que el centrocampista Khedira resolvió con un tanto de
cabeza cuando quedaban menos de diez minutos para el final,
Obviamente, Uruguay no se rindió, pero no le quedaba otra que la
heroica y la tuvo con una falta lanzada por Forlán en tiempo de
prolongación que se estrelló en el larguero de la meta de Butt.
Demasiado castigo para un equipo que hizo todo lo que debía hacer
para ganar el encuentro ante un equipo del potencial de Alemania.
(EFE).