Aliet Arzola Lima, estudiante de Periodismo

España está en la final del Mundial por primera vez en la historia. Pese a no encandilar a sus seguidores como en la Eurocopa o la etapa clasificatoria los hombres de Vicente del Bosque sortearon cada obstáculo que apareció en su camino para avanzar hasta la discusión del cetro, hecho inédito para los europeos, que nunca habían llegado tan lejos.

Muchos no los daban como favoritos en el duelo semifinal ante Alemania, sobre todo después de la deslumbrante actuación de los teutones ante Argentina en cuartos, pero realmente esta generación de futbolistas españoles tiene serias pretensiones de inscribir su nombre en la historia del más universal de los deportes.

Con esa mentalidad salieron en Durban los campeones de Europa, pues en todo momento fueron superiores a una Alemania que apostó al contragolpe y le regaló el balón a los españoles todo el partido, excepto en los minutos finales, cuando agonizaban tras el tanto marcado por un inmenso Puyol.

La medular roja controló las rápidas salidas de Ozil, Khedira y Schweinsteiger, y mantuvieron al margen a Klose, que no contó con casi ninguna oportunidad a lo largo del encuentro.

Además, Del Bosque colocó al eléctrico Pedro en lugar de Fernando Torres y el joven chaval no desentonó, poniendo en problemas a la zaga germana en más de una ocasión con sus veloces desbordes por las bandas.

Sin embargo, el partido estuvo trancado durante buen espacio de tiempo, sobre todo porque ambos conjuntos se respetaron demasiado y en ocasiones movieron el balón sin intenciones de penetrar las líneas rivales.

De hecho, el gol que dictó el veredicto final salió de un tiro de esquina, cobrado por Xavi Hernández desde la izquierda y cabeceado de manera imponente por Carles Puyol. Con este tanto Alemania despertó del letargo, pero era demasiado tarde. Todos sus ataques fueron repelidos por un imperial Casillas, que sigue siendo seña y santo de la Roja y ya acumula 313 minutos sin recibir anotaciones.

Así, la final del Mundial será europea por segunda ocasión consecutiva y por octava en la historia, solo que esta vez ninguno de los contendientes se ha levantado la Copa en ediciones anteriores.