Port
Elizabeth.— Holanda se clasificó a las semifinales del Mundial de
fútbol de Sudáfrica tras batir por 2-1 a Brasil, la gran favorita al
título y que se despide de su sueño del hexacampeonato en cuartos de
final, tal y como le sucedió en 2006.
Con Wesley Sneijder en una tarde inspirada y un
autogol de Felipe Melo, que también terminó expulsado, Holanda dio
el gran golpe y jugará por un puesto en la final ante el ganador del
duelo entre Uruguay y Ghana.
Brasil inauguró el marcador a través de Robinho y
dominó ampliamente en el primer tiempo, pero en el complemento, Melo
anotó contra su propio arco el tanto de empate de Holanda, que luego
selló su triunfo con un gol en propia meta del centrocampista y con
otro de Sneijder.
Melo, quien fue el autor del pase que resultó en el
gol de Brasil, al final se convirtió en el "villano" de la derrota
brasileña, ya que, además del autogol, dejó a su equipo con diez
hombres a los 74' por pisar a Arjen Robben.
El segundo tiempo de la "verdeamarela" anuló
totalmente la buena imagen dejada por los pupilos del técnico Carlos
Dunga en los primeros 45 minutos del partido disputado ante más de
40.000 personas en el estadio Nelson Mandela Bay.
Brasil empezó claramente mejor, e inauguró el
marcador a los diez minutos de juego a través de Robinho, tras
recibir un bellísimo lanzamiento en profundidad de Melo.
La "naranja" sintió el golpe, pero claramente no
estaba muerta, y un minuto después el portero brasileño Julio César
enfrentó con éxito su primera prueba, al desviar un disparo de Kuyt
y evitar el que sería el gol de empate.
A partir de ese momento, el partido asumió un aire
épico entre un Brasil que buscaba aumentar su ventaja al tiempo que
trataba de frustrar los rápidos y certeros contragolpes de Holanda,
que sometían a la sólida defensa "verdeamarela" a su prueba más dura
en lo que va del Mundial.
Los holandeses se enfrentaron, sin embargo, con el
"muro" defensivo de Brasil, que no dejaba espacio de juego para las
principales estrellas del equipo adversario, Robben y Sneijder, que
eran rodeados por tres marcadores cada vez que recibían la pelota.
Asimismo, los "oranje" obtuvieron sus mejores
oportunidades del primer tiempo en jugadas de pelota parada: un tiro
libre demasiado alto de Van Persie, a los 17' y otro mucho más
preciso de Sneijder, a los 36', que Julio César atajó con esfuerzo.
Brasil parecía más cerca del segundo gol que Holanda
del empate.
Un disparo de Juan a los 25' pasó muy cerca del arco
holandés y, a los 31', Robinho protagonizó una de las más bellas
jugadas del Mundial al dejar por el camino a varios marcadores con
sus "bicicletas" y entregar el balón a Kaká, cuyo remate a gol fue
milagrosamente desviado por Stekelenburg.
Pese a la presión "verdeamarela", que concluyó a los
45' con un disparo de Maicon que rozó el palo del arco holandés, el
marcador no volvió a moverse hasta el final del gran primer tiempo
del duelo, en el que las grandes estrellas de Holanda poco lograron
hacer ante la dura marca brasileña.
Un golpe de suerte al inicio del segundo tiempo
cambió totalmente la cara del partido. En el minuto 54, al intentar
desviar de cabeza un centro de Sneijder, Melo anotó contra su propio
arco el gol del empate de Holanda.
A partir de ahí, Brasil, que hasta ese entonces
administraba su ventaja sin demasiado esfuerzo, pasó a revelar
señales de intranquilidad, mientras que Holanda cobró nuevo aliento
para buscar la victoria y seguir en búsqueda del sueño de conquistar
su primer título mundial.
El incansable Kaká trataba de empujar a su equipo
hacia adelante y estuvo a punto de restablecer la ventaja brasileña
a los 66' con un disparo que pasó cerca del travesaño holandés. Pero
la "Naranja" volcó el marcador a los 68': Sneijder remató de cabeza
un córner ejecutado por Robben.
Ello desestabilizó completamente el equipo de
Brasil, que a los 74' se quedó con diez hombres tras la falta
durísima de Melo sobre Robben.
A partir de ese momento, el estadio se tiñó de
naranja. El equipo brasileño buscaba evitar -muchas veces a través
de faltas- un triunfo más amplio de Holanda, y sus oportunidades de
restablecer el empate y llevar el duelo a la prórroga se resumieron
a un disparo de Gilberto Silva atajado por Stekelenburg a los 82'.
Con la paciencia de su equipo y con el talento de
Sneijder, Holanda enseñó hoy en Port Elizabeth sus credenciales de
serio candidato a campeón en Sudáfrica. (DPA).