POLOKWANE
— Una remodelada selección argentina derrotó 2-0 a Grecia en
Polokwane, en la última fecha de la llave B, y se clasificó por la
puerta grande, como primera de grupo y tres victorias, para octavos
de final del Mundial sudafricano, en que se enfrentará a México.
El central Martín Demichelis abrió el marcador (77) tras un
corner que remató primero de cabeza, que interceptó sin querer Diego
Milito, antes de batir con la derecha al arquero Alexandros Tzorvas,
que se había convertido en el héroe de su equipo, al interponerse
varias veces frente a los argentinos.
El veterano delantero de Boca Juniors, Martín Palermo, a sus 36
años, redondeó la faena al lograr el segundo, después que el portero
se interpusiera otra vez frente a Messi, suscitando una enorme
ovación de la numerosa hinchada argentina que viajó hasta el estadio
Peter Mokaba de Polokwane.
Con la clasificación para octavos casi garantizada, Maradona
remodeló totalmente su equipo para dar oportunidades a los que no
habían jugado todavía y preservar para el próximo partido a los que
tenían ya una tarjeta amarilla como el capitán Javier Mascherano o
el lateral Gabriel Heinze.
Su decisión más simbólica fue la de otorgar el brazalete de
capitán a Leo Messi, que cumple 23 años el jueves y que lleva el
dorsal número 10, como cuando Maradona jugaba al fútbol. El
delantero del Barça todavía no logró marcar en este Mundial, pero
envió un disparo al palo (86).
Y Maradona también permitió que el delantero Martín Palermo
disputara los últimos diez minutos del partido y marcara un gol.
Esta vez, el que dirigió el juego fue Juan Sebastián Verón, que
se había perdido el segundo partido contra Corea del Sur.
En
la primera parte, a Argentina le faltó intensidad para encontrar
espacios frente a un rival que se limitó a defender, recurriendo a
veces a faltas para detener a Messi y el 'Kun' Agüero, en busca de
la hazaña de clasificarse por primera vez a octavos de final, lo que
no logró.
Los griegos trabaron el juego de la 'albiceleste' y jugaron a la
contra, buscando a su único delantero, Georgios Samaras, a quien el
central Martín Demichelis siempre logró controlar, aunque consiguió
crear una ocasión a principios de la segunda parte, pero su tiro
salió desviado (48).
Fue el único susto del partido para los jugadores de Maradona.
Como la conexión entre Verón y Messi tardaba en dar resultados,
Sergio Agüero mostró el camino. Primero con una internada en el área
rival y un disparo que Alexandros Tzorvas desvió a corner (19).
Luego, al rematar un centro de Diego Milito, también despejado por
un defensa (32).
El arquero griego se convirtió definitivamente en la figura
destacada de su equipo, al desviar dos tiros argentinos casi
consecutivos justo antes del descanso. El primero fue obra de Maxi
Rodríguez y el segundo, desde fuera del área, de Leo Messi, que
tardó casi 45 minutos en crearse su primera ocasión. Todo un éxito
para la defensa griega.
Las ocasiones argentinas casi siempre llegaron por pares. En la
segunda parte, el arquero Tzorvas desvió a córner una falta lanzada
por Messi. Tras el saque de esquina, interceptó otra vez un potente
remate de Mario Bolatti.
El partido tenía un significado especial para el técnico Maradona,
que marcó su último gol en un Mundial 16 años atrás precisamente
contra Grecia en Estados Unidos-1994, en un partido celebrado en
Boston y ganado 4-0 por los albicelestes.
Argentina se clasifica así como primera de grupo con nueve puntos
en tres partidos y se enfrentará a México en octavos.
El otro calificado del grupo B, Corea del Sur, que empató este
martes en Durban con Nigeria (2-2), tendrá como adversario en la
próxima ronda a Uruguay, que terminó primera del Grupo A. (AFP)