Partido
entretenido, como casi siempre sucede cuando dos equipos buscan la
victoria que los puede catapultar a la siguiente fase. Ritmo intenso
y abiertas las líneas, de ahí los cuatro goles anotados en el 2-2
entre Sudcorea y Nigeria.
El abrazo, aseguró la presencia de los asiáticos en
los octavos de final junto a Argentina, líder indiscutible de la
llave B con tres victorias en igual número de partidos.
Los sudcoreanos comenzaron controlando el partido,
con una clara oportunidad de gol al minuto dos, y mejor plantados en
el medio campo.
Pero al minuto 12, en una lección de efectividad a
lo Brasil, un rápido desborde del nigeriano Chidi Odiah por el
lateral derecho culminó con un centro milimétrico al corazón del
área.
De ganarle las espaldas a la zaga asiática y enviar
la Jabulani al fondo de la red se encargó Kalu Uche, quien marcó su
segundo de esta Copa del Mundo.
El propio Uche tuvo otra chance en el 34, soberbio
disparo desde fuera del área, pero el poste derecho se lo negó.
Los sudcoreanos continuaron controlando el medio
campo e intentando la igualada en el Moses Mabhida de Durban. Sobre
el 38 el volante del Celtic escosés Ki Sung Yong cobró un tiro libre
y el espigado Lee Jung Soo superó por velocidad a los defensas de
las águilas negras, golpeó la esférica con la cabeza y la pierna y
le dio la igualada a su equipo con su segunda diana del torneo.
En el segundo tiempo la segunda anotación de los
tigres asiáticos fue reflejo de sus intenciones y mejor juego.
Hacían
agua la defensa nigeriana con sus veloces internadas y precisamente
una de ellas, por el sector izquierdo, desencadenó la falta que
cobró magistralmente de pierna derecha Park Chu-Young. Inalcanzable
la esférica para Enyeama y los sudcoreanos festejaban la ventaja
parcial.
De propiciar nuevamente el empate se encargaría
Yakubu Aiyegbeni en el minuto 69, uno de los jugadores más activos
del elenco nigeriano junto a Obassi y el propio Uche.
Balón dividido en el área que ganaba la delantera
nigeriana y un toque por detrás de Kim Nam-Il, —le mereció amarilla—
decretó el penal cobrado de manera excelente por yakubu. En los
compases finales los africanos trataron por todos los medios de
adelantarse, la pizarra se mantuvo inalterable y los sudcoreanos
sacaron su pasaporte a octavos de final, donde se medirán al
dificilísimo Uruguay de diego Forlán y compañía.