La
selección de Ghana, a pesar de su empuje, no pudo doblegar a
Australia para agenciarse los tres puntos y asegurar su
clasificación a octavos de final. El encuentro terminó con empate a
uno y así los canguros lograron arañar una rayita dentro de su
periplo.
Ahora el grupo D se complicó aún más. Luego del triunfo de Serbia
ante los teutones, ambos están empatados con tres unidades, mientras
que los africanos lideran la tabla con cuatro. Los clasificados se
decidirán en la tercera, donde todo pasar.
En la grama del Royal Bafokeng de Rustenburg, el equipo africano
tuvo mas despliegue y su juego fue mucho más agresivo. Aún así, en
el minuto 11, el conjunto australiano consiguió una falta a balón
parado que fue cobrada por el central del Palermo, Mark Bresciano.
El arquero Kingson no pudo controlar la esférica y el rebote fue
aprovechado por Brett Holman, quien envió el balón al final de la
redes.
Australia ganaba el choque y Ghana se disponía a utilizar todo su
arsenal para revertir el marcador.
A partir de ese momento el fútbol de las estrellas negras fue
mucho mejor, probaron repetidas veces el arco de Schwarzer, pero sin
suerte. Mientras que los australianos no conseguían pasar poco más
allá del mediocampo con la defensa rival adelantada, jugando para
lograr la paridad.
Nuevamente un error de la defensa oponente dentro del área,
favorecía a los ghaneses. Un disparo envenenado de Jonathan Mensah,
encontró, en lugar del travesaño, la mano del delantero del
Galatasaray de Turquía, Harry Kewell, lo que valió la expulsión
directa. Esta sería la segunda tarjeta roja para su equipo en dos
partidos.
El penal, inalcanzable para Schwarzer, fue a la cuenta de Asamoah
Gyan, máximo goleador en mundiales con tres.
A pesar de ello Australia no se amaniató y ensanchó en juego
ofensivo con un leve asedio al arco contrincante.
El inicio de la segunda mitad fue un monólogo, Ghana tocaba la
pelota a su antojo, imponían su físico y su velocidad, aprovechando
que Australia salió del descanso falta de ideas.
Aún así, con superioridad numérica no fueron capaces de irse
arriba en la pizarra, su desarrollo el en centro del terreno es
dominante, pero carecen extremadamente de olfato goleador. Los
constantes fallos ante los tres palos y la placidez de su defensa,
provocaron que Los Socceroos tuvieran claras llegadas, salvadas por
el guardameta Kingson.
Así ambos combinados apostaron al constante ataque, apoyándose en
sus jugadores de cambio, estrategia que no surtió efecto para
ninguno de los dos y el marcador se mantuvo inmóvil hasta el
silbatazo final, con le que se escurrían las aspiraciones ghanesas
de lograr la clasificación tempranamente. Ahora solo queda esperar a
su choque con Alemania