Argentina,
Brasil, Holanda, Inglaterra, Italia, Francia y Portugal bien pueden
frotarse los ojos. España cayó ante Suiza en Durban y quizá era lo
único que faltaba para coronar este Mundial patas arriba, pues todos
los favoritos —con la escasa excepción de Alemania— o han lucido
poco o han rematado mal.
Precisamente en este último encuadre es donde cabría
ubicar a la selección ibérica, que estuvo tan desbordante en el
ataque como ineficaz a la de hora de perforar el arco rival. Y eso
no lo perdonó el equipo suizo, que sin ser un canto a la belleza
puede vanagloriarse de su imbatibilidad en estos certámenes, después
de que hace cuatro años quedara eliminado en Alemania sin permitir
siquiera un gol (en octavos perdió con Ucrania en la tanda de
penaltis).
Así pues, disciplina soviética y puro orden táctico
fue la propuesta que sacó al terreno el conjunto del seleccionador
Ottmar Hitzfeld, por lo cual desde el primer minuto quedó
establecida su declaración de intenciones: regalar el balón y
preparar un entramado defensivo desde el centro del campo para
generar ansiedad en los jugadores españoles.
Por más descabellado que parezca, la estrategia
pareció surtir efecto en el primer tiempo ante el recital de
oportunidades para la Furia Roja (que llegó a ostentar una posesión
alucinante del 88%), aunque los verdaderos frutos llegaron en el
complemento.
Jugando con una disposición similar a la del
comienzo, Suiza generó de pronto un contragolpe. Balonazo largo y un
mal despeje que llegó por fortuna a las botas de Derdiyok, Casillas
le salió al paso como pudo y le derribó, pero el balón quedó suelto
y Nelson Fernandes atropelló a Piqué para remacharlo a las redes al
minuto 51. Uno a cero y, como dicen los españoles, a flipar. A su
primera llegada al área contraria los helvéticos ganaban.
No en balde, el tanto reforzó su moral y aunque Del
Bosque movió el banquillo, con más o menos acierto, para refrescar
el ataque, fue el plantel suizo el que estuvo a punto de anotar su
segundo gol. Nuevamente Derdiyok sorteó a la defensa ibérica, tras
un fantástico slalom, para encarar a un Casillas nervioso y alocado,
pero su disparo sutil de derecha lo devolvió el palo.
Resistir y contraatacar seguía siendo el axioma
dictado por Hitzfeld, para atrapar en su madeja al rival y obligarle
a precisar una ocasión milimétrica ante el arco de Benaglio. Un
zapador experto como Xabi Alonso la tuvo cerca, pero su fabuloso
obús impactó en el larguero, y ni siquiera con Navas y Torres en el
campo la pudieron concretar. Fue en vano, no era el día ni el rival.
De un plumazo, el favoritismo otorgado al campeón de Europa sufría
un serio daño. La situación del grupo se le complica frente a un
Chile que enseñó buenas maneras y habrá que ver cómo asimila este
batacazo.
Inesperadamente Suiza logró vencer a la súper favorita España, en lo
que fue uno de los partidos más intensos del Mundial. Los helvéticos
lograron el triunfo en el minuto '51, mediante un remate de pierna
derecha de Gelson Fernández. España entre la desesperación y el
apuro continuó acosando al arco rival una y otra vez, pero la férrea
defensa suiza con todos sus hombres al fondo logró maniatar el
ataque de los ibéricos. Así Suiza causa la primera gran sorpresa y
logra romper el record histórico de reveses contra La Furia. España
dominó sobre la grama, probó más de cara al arco oponente, pero
Suiza consiguió el gol y la victoria.