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Estadio: Nelson Mandela Bay, Porth Elizabeth
Asistencia: 37 430 espectadores
Árbitro: Jorge Larrionda (Uruguay)
Alineaciones. Costa de Marfil: Boubacar Barry (1), Didier Zokora
(5),
Kolo Touré (4), Siaka Tiéne (17), Guy Demel (20), Yaya Touré
(19),
Ismael Tioté (9), Emmanuel Eboué (21) Romaric (13) por Eboué
min 89,
Salomon Kalou (8) Didier Drogba (11) por Kalou min 66, Gervinho
(10) Kader Keita (18) por Gervinho min 82, Aruna Dindane (8).
DT: Sven Goran Ericsson. Portugal: Eduardo (1), Bruno Alves
(2), Ricardo Carvalho (6), Fábio Coentrão (23), Paulo Ferreira
(3), Pedro Mendes (8), Raúl Meireles (16) Rubén amorío (17)
por Meireles min 85, Deco (20) Tiago (19) por Deco min 62 ,
Danny (10) Simao (11) por Danny min 55, Liédson (9), Cristiano
(7). DT: Carlos Queiroz |
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VS. |
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Ahora sí este grupo se parece a la muerte
Ariel B. Coya
Mucho
se esperaba de este primer encuentro en el llamado "grupo de la
muerte", pero escaso fue el saldo que dejó. Casi tan escaso como el
marcador final, que a la postre fue el mismo del inicio. Un empate
gris a cero y poco más, entre la seguridad defensiva de Costa de
Marfil y alguna que otra pincelada individual de Cristiano Ronaldo
por el bando de Portugal.
El astro luso saltó al estadio Nelson Mandela de
Port Elizabeth, determinado a hacer lo que de él se espera, pero fue
en vano. Su cobro directo en la primera llegada portuguesa se marchó
desviado y el disparo lejano que lanzó luego se estrelló contra el
poste derecho del arco africano. Si el formidable obús hubiera
entrado, no cabe duda de que hubiera sido un auténtico golazo, el
mejor de los poquísimos que hasta ahora se han anotado en el torneo,
pero dictó el azar que fuera eso lo más cerca que estuviera de
inaugurarse el marcador.
Solo contra el mundo, el capitán Cristiano intentó
hacer la guerra por su cuenta, pero muy pronto se topó con la férrea
defensa de los Elefantes marfileños, que sin la figura de Drogba en
su once inicial abogaron mejor por actuar en manada y terminaron
frenando el empuje lusitano a fuerza de golpes y estrategia. De modo
que poco a poco consiguieron anular al propio Cristiano, que
exasperado en un rifi rafe con Demel terminó por ver una de las tres
cartulinas amarillas mostradas por el uruguayo Archundia.
Así se diluyó el partido. Con Costa de Marfil, las
líneas bien juntitas, evadiendo los problemas y Portugal sudando
tinta china para intentar abrir espacios, pese a su carrusel de
estrellas. Ni Deco ni Danny destacaron sobre el tapete y pronto
cedieron ante la pujanza física del elenco africano, con Yaya Touré
y Gervinho hilando todas sus contras, la más peligrosa de las cuales
culminó Kalou con un remate flojo a los guantes de Eduardo.
No en vano, ello determinó, en definitiva, el arribo
al descanso sin que ninguna de las selecciones hubiera presentado
sus verdaderas credenciales, aferradas como estaban al recelo
táctico de sus respectivos técnicos en los banquillos.
Para el segundo tiempo, Queiroz intentó revolucionar
al equipo con Simao y Tiago, pero ni por esas. Portugal que siempre
había marcado en sus estrenos mundialistas, terminó rompiendo esa
racha de manera inobjetable. Aunque logró incrementar levemente el
ritmo, sus ocasiones de peligro seguían llegando solo a balón
parado, con Meireles enviando centros al área que nadie adivinaba.
Solo en el segundo palo, Liedson consiguió anidar un balón en las
redes al minuto 71, pero resultó irreal, tras una falta previa de
Bruno Alves.
Del cielo comenzó a llover más que balonazos y el
sueco Eriksson reaccionó dándole entrada finalmente a Didier Drogba,
quien saltó al terreno resguardado con una férula. De hecho,
precisamente el delantero del Chelsea acarició la victoria cuando ya
apenas quedaba tiempo, pero su centro-chut se paseó por el área de
Eduardo esperando por gusto que alguna pierna lo rematara. Portugal,
rota físicamente, agradeció el pitido final, lamentando el tiro al
palo de Cristiano, mientras Costa de Marfil se despedía pensando
que, sin haber decepcionado, igual pudo haber hecho algo más.

La muerte se puso
gafas!!!
¡Quien
lo diría! Dos de los equipos de mayor relieve en los papeles
empatando a cero en el Nelson Mandela Bay de Port Elizabeth. Y
pensar que la afición sudafricana, ávida de ver buen fútbol, —lo
hizo amén del abrazo con gafas—, desafió hasta la lluvia en busca de
una actuación relevante de alguno de los elencos del llamado grupo
de la muerte, el G.
Los 22 guerreros sobre el campo no desafiaron
durante los primeros compases, constantes ir y venir por las bandas
en busca de un centro certero y una testa o pierna providencial,
zurdazo al poste desde fuera del área de Cristiano Ronaldo en el
minuto 10, y asedio de la defensa sobre CR-7, con golpes y
"hachazos" incluidos.
Ya en la mitad del adiós disminuyó la intensidad de
ambos elencos, al parecer humedecidos por la lluvia, y amén de la
entrada de Drogba, por los elefantes africanos y Simao y Tiago, por
los lusos la tónica no cambió y al final dos que luchan por la vida
en el apartado de la muerte sellaron con un punto la igualada a
cero, lo mismo que Francia y Uruguay, en el A. Tres grandes que no
han tocado puerta. ¿Por delante? Ver si Brasil puede golear a la RPD
de Corea.
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