Estadio:Soccer City, Johannesburgo
Asistencia: 83 000 espectadores
Árbitro: Sthepane Lannoy (Francia)

Alineaciones. Holanda: Maarten Stekelenburg (1), Joris Mathijsen (4), John Heitinga (3), Giovanni Van Bronckhorst (5), Gregory Van Der Wiel (2), Nigel De Jong (8) Demy de Zeeuw (14) por De Jong min 88, Mark Van Bommel (6), Robin Van Persie (9) Ibrahim Afellay (20) por van Persie min (77), Wesley Sneijder, (10), Rafael Van der Vaart (23) Eljero Elia (17) por van der Vaart min 67, Dirk Kuyt (7). DT: Bert van Marwijk. Dinamarca: Thomas Sorensen (1), Daniel Agger (4), Simon Kjaer (3), Simon Poulsen (15), Lars Jacobsen (6), Thomas Kahlenberg (12) Christian Eriksen (21) por Kahlenberg min 73, Christian Poulsen (2), Thomas Enevoldsen (20) Jesper Gronkjaer (8) por Enevoldsen min (56), Dennis Rommedahl (19), Nicklas Bendtner (11) Mikkel Beckman (17) por Bendtner min 62, Martin Jorgensen (10). DT: Morten Olsen

 

VS.
HOLANDA 2 – DINAMARCA 0

Los tulipanes cumplen en el estreno

El equipo del Van Marwijk debutó con el pie de derecho en el grupo E ante una Dinamita Roja sin pólvora en el ataque. Tras un primer tiempo falto de goles, Eljero Elia revolucionó el juego de los holandeses que ya se habían adelantado por un tanto en propia puerta de Agger al inicio del complemento y Kuyt redondeó la ventaja sobre el final

Ariel B. Coya

Cumplió Holanda en su primera salida y aunque no deslumbró en el Soccer City de Johannesburgo, consiguió derrotar con solvencia a Dinamarca en un duelo entre viejos conocidos. Como se había anunciado en los últimos días, el técnico Van Marwijk no pudo disponer de Robben, aún convaleciente, por lo que echó mano en el ataque de Kuyt, Sneijder, Van Persia y Van der Vaart; en tanto su homólogo Morten Olsen, un defensa fino en sus tiempos de jugador, apostaba por un planteamiento más conservador, ubicando finalmente al delantero del Arsenal, Niklas Bendtner, como única punta de lanza en el conjunto nórdico.

Quizá por ello, el partido salió como salió, a pesar del sobrado interés que mostró Holanda en la victoria, y la primera mitad se diluía con el insoportable sopor de un empate sin goles.

De esa forma, aunque protagonizó los primeros acercamientos, Holanda controlaba la posesión del esférico, pero no acababa de asustar. Tocaba y tocaba, sin progresión apenas, mientras Dinamarca le mostraba un camino más directo. Centro al área y cabezazo de Bendtner que se marchaba fuera, minutos antes de que Rommedahl culminase otra contra con un tiro envenenado bien detenido por Stekelenburg.

No obstante, quiso el azar que el partido se tiñera de naranja en el complemento y apenas retornaron al campo los dos conjuntos, un despeje de Simon Poulsen impactó en la espalda de Agger para colarse casuísticamente en la valla danesa. Holanda que no había hecho otro mérito que administrar más tiempo la Jabulani se vio de pronto acariciando la victoria.

El fin del tedio, sin embargo, no asomó en verdad hasta que ingresó a la cancha Eljero Elia. El joven extremo del Hamburgo alemán consiguió revolucionar el juego plano, cansino y de escasas oportunidades de los tulipanes y merced a ello estuvo bien cerca de poner el 2-0 sobre los compases si el poste no se lo hubiese negado como mismo le ocurrió momentos antes a Sneijder. Tan partido estaba ya el encuentro que el premio fue para Dirk Kuyt. Muy alabado por los entrenadores pero desapercibido en el terreno, el atacante del Liverpool recogió el rebote y marcó a placer para sentenciar el lánguido encuentro. Dinamarca, descolocada por el tanto en propia, solo atinó a realizar tres cambios intrascendentes, mientras más cumplidora que brillante se quedó con los tres puntos.

Victoria 2-0 como lo que son, naranja mecánica

Harold Iglesias

Malos augurios ha arrojado la historia sobre los equipos que se han beneficiado en lides mundialistas de un autogol: Alemania en 1954 y Francia en 1998, son los únicos que han alzado la copa mundial tras una situación similar.

De lo que sí no cabe duda de que Holanda, como otras tantas veces contendiente y victoriosa 2-0 sobre Dinamarca una vez más en su debut, —no cede desde 1938 en partidos inaugurales—, demostró su fino estilo y bouquet a la hora de circular el balón, a pesar del nudo de presión tejido en el medio campo por uno de sus más enconados rivales europeos.

Justo en la reanudación del choque un centro envenenado de Robin van Persie fue despejado por Simon Poulsen y rebotó caprichosamente en la espalda de Daniel Agger, quien lo envió a propia red.

Tenía las características de un partido denso este choque entre dos equipos de casta, marcados por incidentes iniciales: primera vez que los tulipanes se favorecían de un autogol, también por vez primera los daneses lo cometían en lides mundiales y por si fuera poco fue el desliz inicial de la dinamita roja en Copas del Mundo.

Con los compases alentados llegó la sustitución de Rafa van der Var por Eljero Elia, talentoso ariete del Hamburgo alemán y quien le cambió la cara al choque con sus desbordes por la izquierda.

Justamente de la magia de los botines de Wesley Sneijder en una combinación con Elia llegó el gol de la tranquilidad para los tulipanes. El poste se lo negaría a este último pero la entrada providencial de Kuyt tras el rechazo lo dejó solo ante el arco de Thomas Sorensen y con solo empujarla sentenció el choque.

¿Saldo? Tres puntos para la naranja mecánica, que como favorita mira al resto de los equipos desde la cima del apartado E.

 
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