Cielo abierto a la
casta de Argentina
Harold Iglesias
Un
partido marcado por felices coincidencias para Argentina: primero el
sabor grato de Maradona en ambos lados de la cancha. El 25 de junio
de 1994 su despedida como jugador sirviéndole dos asistencias de gol
a Claudio Canigia, quien selló el triunfo 2-1sobre Nigeria.
Ahora, 16 años después, otro 10 con la propia M como
inicial, Messi, jugó de forma excelente para beneplácito de diego en
su debut mundialista como DT. ¿El saldo final?, 1-0 favorable a la
albiceleste, marcador que bien pudo ser mayor de no mostrarse casi
infranqueable el portero nigeriano Enyeama,— el mejor jugador del
encuentro—, y no relajarse tanto con la ventaja los gauchos.
Desde los primeros compases en el Ellis Park de
Johannesburgo y ante la presencia de 57 mil espectadores que
coreaban de forma ensordecedora Argentina, Argentina, los
albicelestes se mostraron como una maquinaria bien engrasada en los
diferentes sectores de juego, con una osada formación 3-4-3 por
parte del Pibe de Oro con tres letales en punta: Messi, Tévez e
Higuaín.
Y para quienes, entre los que me incluyo, pusieron
en duda la calidad de Juan Sebastián Verón a sus 35 años, baste
decir que la brujita asistió en magistral tiro de esquina el gol de
su armada, definido magistralmente por Gabriel Heinze, con sólido
testarazo al 90 desde el manchón penal. Además hilvanó, junto a la
pulga prodigiosa, las jugadas ofensivas argentinas en la primera
mitad.
Los sudamericanos siguieron asediando el arco rival,
al punto de que Enyeama desvió la trayectoria de siete disparos bajo
los postes, cuatro marca registrada de Messi y dos de Gonzalo
Higuaín.
Precisamente Higuaín estuvo más próximo del segundo
al minuto 20, muestra del "bombardeo" a la meta nigeriana. Aún a
sabiendas de su inferioridad cualitativa sobre el césped los
nigerianos vendieron cara su derrota, y tras recuperar del medio
campo hacia la zona defensiva prendían sus turbinas en rápidos
contragolpes, el primero de ellos al minuto 37 casi culmina con gol
de Obasi, en la segunda mitad serían Taiwo primero y Obafeme Martins
hacia el cierre los atrevidos de los "verdes" de cara al arco de
Sergio Romero.
Quizá ante la falta de presión de los nigerianos, un
tanto imprecisos en la rotación del balón, fundamentalmente en el
medio sector, los argentinos se relajaron un poco y bajaron el
ritmo, pero con Messi y sus diagonales mágicas, la garra de Tévez y
la camaradería del once albiceleste amparada en la casta de sus
jugadores, aparecieron otras situaciones de peligro frisando el
final del choque, que constataron su dominio sobre la grama,
escudados en 20 disparos a puerta, por 12 los africanos.
¿Desenlace? Victoria definitiva de Argentina, buena
demostración inicial, tres puntos y abrazos de Diego con todos y
cada uno de sus discípulos, lo que hace pensar que internamente el
elenco respira aire de familia.

Solo faltó
el gol de Messi
Tan abrumador resultó el dominio de
Argentina que solo se echó en falta el gol de Messi en la victoria
(1-0) sobre Nigeria en el estadio Ellis Park de Johannesburgo, por
el Grupo B del Mundial.
El
mejor jugador del mundo mostró galones en la selección de Diego
Armando Maradona, mostrándose incisivo en todas y cada una de sus
incrusiones, y si no marcó fue por la fenomenal actuación bajo los
tres palos del arquero Vincent Enyeama, quien realizó todas las
paradas posibles y también unas cuantas imposibles, tras el tanto
anotado por Gabriel Heinze a los seis minutos. Jugada de laboratorio
esta última en la que Juan Sebastián Verón envió un centro preciso
al manchón de penal para que el Gringo Heinze rematase libre de
marca como más le gusta, de cabeza y en tromba, para perforar las
redes nigerianas.
La renta, sin embargo, pareció exigua
para un conjunto albiceleste que se mostró además muy serio en
defensa, a pesar varios despistes en la segunda parte, cuando pecó
de algún que otro leve exceso de confianza, afincada como estaba en
una ventaja mínima.
De ahí el disparo de Taiwo, que casi
pone el empate con un potente zurdazo al minuto 70, antes de
marcharse lesionado, y también la ocasión de Uche, quien envió a la
tribuna un balón suelto en el área, poco después de que Serio Romero
despejara el misil lanzado por Obafemi Martins en el 83.
Los gauchos, así y todo, dejaron la
sensación de que aún pudieron despachar a las Águilas con goleada,
tras las múltiples chances que Messi, Higuaín y Tévez no
consiguieron traducir en anotaciones. Y eso precisamente fue lo que
faltó, en dosis suplementarias, para ambos conjuntos, pues Enyeama
libró a Nigeria de la goleada y Argentina resistió los embates
africanos.
Al final, Maradona se abrazó con todo
su equipo, mientras evitaba pensar por lo pronto en la hoy también
victoriosa Sudcorea. Para qué meditar sobre los retos del futuro si
lo que importa es disfrutar el instante de la victoria.