Hoy se enfrentan dos equipos muy diferentes
en la Copa del Mundo de Sudáfrica: Japón y Paraguay. Según
la zona geográfica de donde proceden se pudiera pensar en
unos asiáticos tímidos, sin mucho fútbol que enseñar, y en
unos guaraníes muy ofensivos, arraigados a la tradición
sudamericana en este deporte.
Sin embargo, la historia no puede ser más
diferente. Estamos ante una selección paraguaya con grandes
virtudes defensivas, con una rocosa zaga que nada debe
envidiar a las mejores del planeta, y ante unos nipones que
practican el jogo bonito a la asiática, con un fútbol
vertical que tiene siempre en mente la portería rival.
Estos detalles presagian un duelo de los más
disputados hasta el momento en el Mundial, pues además ambas
selecciones buscan clasificarse por primera vez a cuartos,
instancia en la que se medirían a las potentes España o
Portugal.
Si revisamos la historia, Paraguay tiene
mucha más experiencia que los nipones en esta fase, en la
que se despidieron durante los mundiales de México`86,
Francia`98 y Corea – Japón`02, motivo por el cual la
selección que dirige el argentino Gerardo Martino quiere
acabar con el maleficio de los octavos.
Para ello, además de su segura zaga, la
línea más fuerte del equipo, los sudamericanos cuentan con
una tríada de delanteros que no se puede subestimar,
conformada por jugadores con experiencia en las principales
ligas europeas: Roque Santa Cruz, del Manchester City,
Nelson Haedo Valdez y Lucas Barrios, ambos del Borussia
Dortmund.
Ellos, de conjunto, pueden poner en jaque a
los nipones, particularmente el argentino nacionalizado
Lucas Barrios, quien ha mostrado excelentes cualidades en
esta Copa del Mundo.
Sin embargo, lejos de preocuparse por la
ofensiva de su equipo, Martino debe prestar atención al
ataque de Japón, once que se ha convertido en una de las
revelaciones del Mundial, no solo por su clasificación a
octavos, sino por las buenas maneras que han mostrado de
cara a las porterías rivales.
Los samuráis han exhibido un repertorio
letal en labores ofensivas, que incluye jugadas a balón
parado como las que le dieron la victoria sobre Dinamarca en
el cierre de la etapa clasificatoria. Además, los nipones
cuentan con una virtud que puede ser mortífera para la
defensa paraguaya: la velocidad.
Todos los delanteros nipones son verdaderas
centellas, con una habilidad innata para desplazarse a altas
revoluciones con el balón en los pies, algo que tal vez la
ruda zaga sudamericana no pueda soportar.
Jugadores a seguir:
Nelson Haedo Valdez: se recuperó de una
sobrecarga que lo obligó a salir del último partido contra
Nueva Zelanda. Su potencia en el juego aéreo puede ser vital
contra los nipones
Enrique Vera y Cristian Riveros: la ausencia
de Víctor Cáceres –sancionado- los obligará a prestar mayor
atención en labores ofensivas. Su duelo con Daisuke Matsui
debe ser crucial
Justo Villar: el portero paraguayo deberá
estar muy atento a los pases filtrados de los japoneses, que
suelen moverse con desaforada velocidad. Además, el meta
albirrojo tendrá que vigilar los tiros a balón parado de los
nipones, devenidos en excelentes cobradores
Keisuke Honda: su golazo ante Dinamarca ha
colocado las miradas sobre él. Su desborde y su disparo de
media distancia puede complicar la zaga paraguaya
Daisuke Matsui: es el referente de la
medular nipona. Controla y dirige muy bien el juego de su
equipo. El duelo con Vera y Riveros está planteado