Ante el asedio de la puerta rival por parte
de la Roja el gol tenía que llegar y fueron premiados sus
parciales con un tanto de excelente factura.
Corrría el minuto 75 cuando Esteban Paredes
protagonizó una feroz internada por la izquierda, — recibió
la esférica de Valdivia— que culminó con un centro pintado
para la testa del trotamundo Mark González. El del CSKA de
Moscú lo selló de manual, cabezazo picado con la trayectoria
de la Jabulani.
Chile festeja pero todavía no cuenta con
visado a octavos.