A raíz de la expulsión del nigeriano Kaita
en el minuto 33, perdió los estribos y le lanzó infundado
patadón a un defensa de Grecia, esta última aprovechó la
ventaja numérica, comenzó a intentarlo en el frente de
ataque, aun cuando en materia de imaginación seguía carente
de argumentos ofensivos.
Frisando el minuto 45 un centro le quedó en
la pierna derecha al ariete Dimitri Salpingidis en el borde
del área, este no se lo pensó dos veces, sacó el disparo que
en su recorrido varió la dirección al rebotar en la zaga
nigeriana y descolocar por completo al guardameta Enyeama,
que nada pudo hacer esta vez.
Los helénicos seguramente seguirán forzando
con un hombre más en el campo.