Rustenburgo.—- El técnico de Nueva Zelanda,
Ricki Herbert, se mostró hoy sumamente satisfecho tras el
empate 1-1 de su selección ante Eslovaquia en el Mundial de
Sudáfrica, logrado en el minuto 93.
"Estoy
muy, muy orgulloso. En los vestuarios el ambiente es
grandioso", dijo Herbert, exultante.
"El país debería estar muy entusiasmado. Yo
soy un 'Kiwi-Boy' y no puedo estar más orgulloso. Aún
tenemos que enfrentar a dos pesos pesados, pero al menos ya
demostramos algo", agregó el entrenador, de 49 años y ex
jugador del conjunto neozelandés.
El conjunto oceánico logró hoy el primer
punto de su historia en el Mundial. En su presencia
anterior, en España '82, perdió los tres partidos.
Por su parte, el autor del gol eslovaco,
Robert Vittek, se mostró consternado por el resultado en el
debut del país en un Mundial. "Es una pesadilla. Es como si
hubiésemos perdido".
Los "kiwis" igualaron en el '93 por medio de
Winston Reid y amargaron el primer partido de los europeos
en un Mundial.
"Para
nosotros es una pequeña tragedia deportiva", dijo al término
del encuentro el técnico, Vladimir Weiss, aún sentado en el
banco, casi petrificado, mientras observaba cómo su colega
Herbert festejaba con la hinchada "kiwi".
"Errores así no pueden suceder. Fuimos el
mejor equipo, pero no aprovechamos nuestras posibilidades",
manifestó Weiss, quien jugó para Checoslovaquia en el
Mundial de 1990.
En tanto, Reid no ocultó su felicidad. "Debe
haber sido el gol más importante de mi vida", dijo el
jugador del Midtjylland danés. (DPA)