Dunga se propone, a partir de hoy, hacer
historia. El brasileño pretende convertirse en el tercer
hombre que gana un Mundial como jugador y como técnico,
hazaña conseguida solo por su coterráneo Mario Zagallo y el
alemán Franz Beckenbauer.
Para tal empeño, el otrora estelar volante y
monarca mundial en 1994, se llevó a Sudáfrica una de las
selecciones brasileñas de menos caché en los últimos
tiempos, y no precisamente por capricho, sino porque el
gigante sudamericano no cuenta hoy con el mismo volumen de
estrellas que en 2006, cuando era complicado distinguir
entre suplentes y titulares.
Ahora Dunga ha llevado un plantel con mucha
solidez defensiva, plagado de figuras de extraordinario
nivel en la zaga, tradicionalmente la línea más débil del
conjunto.
Allí estarán los Lucio, Juan, Maicon, Dani
Alvés o Thiago Silva, por solo mencionar algunos, que hacen
de la defensa brasileña una de las más temibles de todo el
Mundial.
Las dudas sobre Brasil se ubican en su
ataque, diezmado por las ausencias de Diego, Ronaldinho o
Adriano, hombres de experiencia que bien pudieron entrar en
la convocatoria, pero Dunga apostó por jugadores no muy
experimentados como Nilmar, Ramires o Grafite, todos
debutantes en citas universales.
El peso del conjunto recaerá en los
establecidos Luis Fabiano, Robinho y Kaká, jugadores de
reconocido prestigio internacional, pero con muy bajo
rendimiento esta temporada, sobre todo por lesiones que los
marginaron durante buena parte del año.
No obstante, a nadie se le ocurriría pensar
en un traspié de Brasil ante Corea del Norte, más que nada
porque estos últimos apenas se han dado ha conocer en el
ámbito universal y carecen partidos al más alto nivel.
Además, de los veintitrés convocados por Kim
Jong Hun, técnico norcoreano, quien en su época de jugador
fue un discreto defensa central, siete pertenecen a las
Fuerzas Armadas del país, y apenas dos juegan en el
extranjero.
Dicho esto, para Brasil es una magnífica
oportunidad de mejorar sus resultados en partidos de
apertura, pues en los últimos tres mundiales han vencido
pero con marcadores muy cortos: 2-1 sobre Escocia en 1998 y
sobre Turquía en 2002, y 1-0 frente a Croacia en 2006, algo
que tal vez los impulsaría hacia su sexta corona.