15 de junio

Brasil enfila a la sexta corona

Aliet Arzola Lima, estudiante de Periodismo

Dunga se propone, a partir de hoy, hacer historia. El brasileño pretende convertirse en el tercer hombre que gana un Mundial como jugador y como técnico, hazaña conseguida solo por su coterráneo Mario Zagallo y el alemán Franz Beckenbauer.

Para tal empeño, el otrora estelar volante y monarca mundial en 1994, se llevó a Sudáfrica una de las selecciones brasileñas de menos caché en los últimos tiempos, y no precisamente por capricho, sino porque el gigante sudamericano no cuenta hoy con el mismo volumen de estrellas que en 2006, cuando era complicado distinguir entre suplentes y titulares.

Ahora Dunga ha llevado un plantel con mucha solidez defensiva, plagado de figuras de extraordinario nivel en la zaga, tradicionalmente la línea más débil del conjunto.

Allí estarán los Lucio, Juan, Maicon, Dani Alvés o Thiago Silva, por solo mencionar algunos, que hacen de la defensa brasileña una de las más temibles de todo el Mundial.

Las dudas sobre Brasil se ubican en su ataque, diezmado por las ausencias de Diego, Ronaldinho o Adriano, hombres de experiencia que bien pudieron entrar en la convocatoria, pero Dunga apostó por jugadores no muy experimentados como Nilmar, Ramires o Grafite, todos debutantes en citas universales.

El peso del conjunto recaerá en los establecidos Luis Fabiano, Robinho y Kaká, jugadores de reconocido prestigio internacional, pero con muy bajo rendimiento esta temporada, sobre todo por lesiones que los marginaron durante buena parte del año.

No obstante, a nadie se le ocurriría pensar en un traspié de Brasil ante Corea del Norte, más que nada porque estos últimos apenas se han dado ha conocer en el ámbito universal y carecen partidos al más alto nivel.

Además, de los veintitrés convocados por Kim Jong Hun, técnico norcoreano, quien en su época de jugador fue un discreto defensa central, siete pertenecen a las Fuerzas Armadas del país, y apenas dos juegan en el extranjero.

Dicho esto, para Brasil es una magnífica oportunidad de mejorar sus resultados en partidos de apertura, pues en los últimos tres mundiales han vencido pero con marcadores muy cortos: 2-1 sobre Escocia en 1998 y sobre Turquía en 2002, y 1-0 frente a Croacia en 2006, algo que tal vez los impulsaría hacia su sexta corona.

 

 

 

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