Abrazo entre Holanda-Dinamarca, presión
alterna, excelente ritmo de juego caracterizaron la primera
mitad de un choque que mide a dos selecciones que se conocen
perfectamente, —28 partidos entre ambas—, con mucha relación
en el pasado y que actualmente cuentan con varios jugadores
que compartieron camiseta en sus respectivos clubes a lo
largo de esta temporada o de las inmediatamente anteriores.
Los daneses han cerrado muy bien el medio
campo a la naranja mecánica, que controló el balón pero
salvo los desbordes de Gregory van der Wiel y dos ocasiones
de Robin van Persie, no ha hecho peligrar el arco del danés
Thomas Sorensen.
En cambio la "dinamita roja" sí probó en par
de ocasiones a Martin Stekelenburg, especialmente en
acciones de contragolpe protagonizadas por Dennis Rommendhal
y Nicklas Bendtner, además de un disparo cruzado de Thomas
Kahlenberg.
De ahí la paridad, sumada a la historia de
confrontaciones entre ambos equipos, larga y que dio
comienzo en un partido de los Juegos Olímpicos de 1912. En
la actualidad se resume con once victorias holandesas, siete
danesas y diez empates.
Otra elemento favorable de la naranja
mecánica, el apoyo que recibe desde las gradas, ya que buena
parte de la población blanca de Sudáfrica, los afrikaaners,
son descendientes de holandeses llegados al país a partir
del siglo XVII.
Así los herederos del fútbol total, quienes
no pierden en un debut mundialista desde 1938, cuentan con
muchos elementos favorables para hacerse del triunfo y los
tres puntos que los pondrían a la cabeza del grupo E.