Dos pasajes sobre la mística de Saramago

ANTONIO PANEQUE BRIZUELA
paneque.b@granma.cip.cu 

"Nunca preguntamos si habrá algo de juicio en la locura sino que vamos diciendo que de locos todos tenemos un poco", afirma José Saramago en su novela Memorial del convento. En otra, Ensayo sobre la lucidez, dice: "Con el paso de los días, de un modo casi imperceptible al principio, comenzó a notarse que la palabra blanco, como algo que de pronto se hubiese convertido en obsceno o malsonante, estaba dejando de utilizarse, que las personas se servían de rodeos y perífrasis para sustituirla". Entre ambas citas, percibimos la conexión mística, a veces filosófica, conceptual, otras sarcástica, humorística, del Premio Nobel portugués, uno de los más reconocidos —y debatidos— escritores universales de esta época.

Estas novelas son percibidas como un lujo de esta Feria y también como dos impactos de alto signo por parte de la Editorial Arte y Literatura, casa que anteriormente había publicado del mismo autor Levantado del suelo (1980), El año de la muerte de Ricardo Reis (1984), El Evangelio según Jesucristo (1991), y Ensayo sobre la ceguera (1995).

En las palabras de introducción de ambos libros, Luisa Campuzano, sobre Memorial... y Omar Valiño, en torno a Ensayo..., coincidieron en los valores estéticos, estilísticos, didácticos y espirituales de las obras, así como la recurrencia en estas y otras de temas como el amor, la vida y la muerte.

Respecto a la primera (publicada inicialmente en 1982), donde el autor recrea un romance en el que se entremezclan personajes de la aristocracia y del pueblo, vinculados a la construcción de un convento en el Portugal de principios del siglo XVIII, la Campuzano observa el poder de la iglesia, la presencia "de un acto de fe", y sobre todo, como ocurre con otras obras suyas, "la irónica mirada de Saramago".

También la estudiosa aprecia "una literatura básicamente desacralizadora, a contrapelo de la realidad", "el protagonismo de la gente sin historia", y "el realismo mágico de Saramago", al cual comparó con obras de Carpentier como El siglo de las luces.

En cuanto a Ensayo sobre la lucidez, obra "profundamente política" que reflexiona sobre el poder y sus encrucijadas y crítica a las supuestas democracias, Valiño describió la acción del relato a partir de unas elecciones donde el 83% del pueblo deja de votar.

El escritor cubano cree ver en la obra una "propuesta de ejercicio hacia el poder individual", donde la ironía salta hacia "una gran burla sobre este tipo de democracia", aunque hay "una gran búsqueda de la verdad y del humanismo", como suele hacer José Saramago (Azinhaga, Portugal, 1922), hombre de visión polémica y controvertida sobre la historia, cuya primera novela Tierra de pecado vio la luz en 1947.

SubirSubir