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Todo o nada, segunda parte Oscar Sánchez Serra Como aquellos grandes equipos Cuba, los que a la hora buena no flaqueaban, se apareció esta versión del III Clásico Mundial de Béisbol sobre la grama del majestuoso Tokío Dome, y a pura fuerza, con 12 imparables, incluyendo cuatro cuadrangulares, dejó fuera por KO, 14-0, a un gran equipo como Taipei de China. Mucho había dejado que desear la ofensiva de las selecciones nacionales de la Mayor de las Antillas en ediciones internacionales de los últimos cinco años. Se extrañaba ese poderoso ataque, algunos decían que la llegada de los profesionales, había cambiado el panorama y ya los bates cubanos no eran los mismos. Sin dejar de dar crédito a ese argumento, creo que nos faltó la concepción de una ofensiva integral, en la cual se combinara el tacto y la fuerza, la velocidad y las jugadas tácticas, como se aprecia en la plantilla que bajo el mando de Víctor Mesa, ha hecho trizas cualquier criterio anterior. Habría que buscar en los libros o estadísticas desde cuándo en un evento el plantel nacional no bateaba dos o más jonrones en cuatro partidos consecutivos; desde cuándo un equipo cubano aún sin terminar esta lid acumuló 10 vuela cercas. Por cierto, esa cantidad es por mucha la líder para un conjunto en el presente certamen mundialista, pues el que le sigue es Holanda, con tres. Pero no es solo su majestad, el jonrón, el que distingue a esta escuadra caribeña. El bateo por detrás del corredor, el corrido y bateo con hombres en cualquier almohadilla, la jugada del toque de bola, como la que magistralmente realizó el slugger José Dariel Abréu, que dejó perplejo a un rival que sabe cómo actuar ante tal situación, pues esa es su manera de jugar, son los detalles, que hacen a este Cuba, tener un concepción integral en su ataque. No hay misterio ni magia, lograr la actual forma de los bateadores cubanos pasa inexorablemente por la preparación que este elenco hizo antes de salir y por la oportunidad de haberse enfrentado al pitcheo asiático, justo antes de comenzar la competencia. Y otra de las razones de esta inmejorable condición es haber sido consecuente desde la dirección con la preparación que aportó la actual 52 Serie Nacional, la cual se reanudará tras concluir el Clásico Mundial. La concepción integral de la que hablábamos y el ver a los de este continente previo al primer lanzamiento, ha permitido batear más de 10 jits en cada una de sus presentaciones en la porfía mundialista de más alta exigencia. Categórico también el triunfo por la manera en que lanzó el derecho santiaguero Dany Betancourt en seis completos, aceptando solo tres incogibles, con dos bases por bolas y tres ponches, para convertirse en el único serpentinero en el Clásico en llegar a dos victorias. "Estamos muy contentos, cumplimos el objetivo de vencer hoy e iremos con todo en el próximo encuentro, bien contra Japón o frente a Holanda. Nosotros quisiéramos ir a San Francisco, a la fase de los cuatro grandes, con Japón", expresó el director cubano Víctor Mesa. Añadió que ante la situación tan tensa que se había creado, que nos impuso el reto de ganar o ganar, no hay otro camino, hizo una buena reunión con todos los peloteros, pero afirmó que después hubo una mejor: ellos solos y entre todos se dijeron no cejar en el empeño por continuar el camino hacia la final de San Francisco. ¿Cuál será el adversario del lunes, en el segundo momento de todo o nada? Nadie lo sabe, Holanda y Japón buscan el acceso a la ciudad norteamericana y el que pierda se las verá con Cuba para decidir el único cupo disponible. Tal consideración no descartaría otro duelo a base de cubanos y holandeses. |