Brasil le pone un poco de samba al Clásico

YOSEL E. MARTÍNEZ CASTELLANOS

Quién pronosticaría que los brasileños clasificarían a un Clásico de Béisbol. Respuesta: Ni el propio Barry Larkin, manager estadounidense que dirige la novena sudamericana pensó en tal privilegio. Pero la realidad dista mucho de los pronósticos y pasó lo que no se pensaba. Brasil fue superior a Panamá, Colombia y Nicaragua, para terminar entrando al torneo.

El jardinero central Paulo Orlando, tendrá la responsabilidad de ser el hombre proa de la novena carioca.

Una vez conseguido el boleto, los brasileños fueron encuadrados en el la Zona A, con asiento en Japón. Allí compartirán escenario con los anfitriones, Cuba y China. Muchos pensarán que será el equipo cenicienta del Clásico, pero ojo ya dieron varios sustos, y nada tienen que perder. El propio Larkin agregó en declaraciones a la prensa que: "Mi equipo respeta el juego, tiene orgullo y quiere ganar. Me siento feliz de tener un equipo como este".

Las probabilidades de pasar a la segunda ronda para los sudamericanos son escasas, pues el calendario no les favoreció. Primero debutarán ante la novena del sol naciente, y al día siguiente tendrán por delante a los antillanos, para cerrar con China el día 5. Si llegan a perder con marcadores abultados frente a Cuba y Japón serán aplaudidos por intentarlo. Si caen con las botas puestas se llevarán el reconocimiento de todos. Si ganan al menos uno de dos… no habrá calificativo para rendirles honor. Contra los del gigante asiático pueden obtener la victoria, se ven superiores, pese a ser debutantes en estas lides.

Las armas brasileñas son escasas pero efectivas. No se puede sentenciar que son un equipo predecible, y mucho menos subvalorarlos, máxime si tenemos en cuenta a los rivales que dejaron varados en el Pre-Clásico de Panamá 2012. Un juego pequeño, en el que cada carrera se fabrica con astucia y no con fuerza, prevalece en el conjunto verde amarillo.

Si miramos su nómina vemos que no tienen una estrella consagrada, ni tan siquiera unos superprospectos como los tiene Holanda por ejemplo: (Xander Bogaerts, Jonathan Schoop y Andrelton Simmons). Eso si, cuentan con jugadores descendientes de japoneses, pero paulatinamente Brasil ha ido insertando en sus filas a nacionales que no tengan vínculos sanguíneos con el país de los samuráis.

Por supuesto, han acudido a importar algunos jugadores de otros países para ir redondeando un equipo que tape las necesidades existentes en su juego. Pese a no contar con el cátcher Yan Gomes, primer jugador brasilero en las Grandes Ligas de Estados Unidos, poseen una serie de peloteros que se desempeñan en las menores, 10 en total. El jardinero Paulo Orlando, el jugador de cuadro Felipe Burin y el cerrador Thyago Vieira son varios de los hombres clave en esta selección que están vinculados a organizaciones de la gran carpa.

Barry Larkin lleva tres años al frente de la dirección brasileña. Su contratación pudo resultar un poco polémica, pues no es un hombre con experiencia al frente de otros conjuntos en Estados Unidos o fuera de sus fronteras. Sin embargo, logró aglutinar una serie de peloteros e inculcarles una filosofía más agresiva, en el que cada out, cada batazo, cada fildeo, cada corrido de bases, cuenta. Así ha provocado que su equipito sea tan querido y popular en Brasil, luego de la hazaña en tierras itsmeñas.

El eslabón débil

El bateo es sin discusión el área más desfavorecida en el equipo. No cuentan con grandes sluggers, ni tampoco con excelentes chocadores de bola, y mucho menos con un tercero, cuarto y quinto madero que inflijan respeto. Pero suplen sus carencias ofensivas con paciencia y mucha disciplina en el home. Los brasileños son peloteros que por lo visto, han demostrado aprovechar cada corredor en base para fabricar carreras, y no se desesperan por conectar enormes cuadrangulares.

Su manager pone la velocidad en función de la ofensiva, bateo y corrido, robo de bases, toque de sacrificio, son algunas de las cualidades que explota el cuerpo técnico del país sudamericano. Barry Larkin tiene que jugar así, pues sus pupilos no son de esos que fabrican grandes rallys. Sus anotaciones son a cuenta gotas bien construidas, y que son defendidas por una aceptable defensa y un oportuno manejo del pitcheo.

Brasil anotará carreras en el Clásico, seguro, pero no serán muchas, de ahí la necesidad que sus lanzadores se mantengan a la altura que mostraron en el torneo de Panamá. Para ganar tendrán que jugar casi de forma hermética, el juego de muchas carreras no le es favorable.

Andre Rienzo (foto) es uno de los dos principales abridores junto a Murilo Gouvea por la escuadra brasilera.

El punto fuerte

Si Brasil está en el Clásico fue gracias a su pitcheo, y a la oportuna forma en que fue manejado por la dirección técnica. En Panamá sus monticulistas enseñaron una asombrosa efectividad de 0.67 (2 carreras limpias en 27 innings), pero no es menos cierto que ahora se enfrentarán a bateadores más hechos. No obstante, el mérito por lo conseguido no se les puede quitar.

Murilo Gouvea, Andre Rienzo y el cerrador Thyago Vieira cargarán sobre sus hombros el staff sudamericano. Sus excelentes actuaciones en Panamá les preceden. Pese a la juventud de casi todo el cuerpo de serpentineros; en su favor podemos argumentar que se muestran muy seguros en el box, dueños de la situación, y casi siempre están encima en el conteo de los bateadores.

Esta puede ser una de las claves que lleven a Brasil a rendir buenos dividendos en el Clásico. Por ahora el béisbol no ocupa grandes espacios en la sociedad brasileña, ni en su prensa. No son jugadores mediáticos, ni con un talento excepcional. Pero ya el primer tramo de esta inmensa autopista que conduce a ser una potencia en el béisbol se ha construido. Solo resta que los federativos sudamericanos sigan fomentando este deporte. Todos quieren que la samba contagie con su ritmo los estadios de pelota, como lo hacen el merengue y la salsa. Ojalá su presencia en este tipo de torneo sea para quedarse.

 

4 de marzo de 2013


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