|
|
|
|
No hay enemigo pequeño Oscar Sánchez Serra, enviado especial FUKUOKA, Japón.—“No hay enemigo pequeño, ese es el pensamiento que llevamos al campo de juego, pero también es una gran verdad. Brasil le dio excelente partido a Japón, lo tuvo empatado hasta el octavo y con nosotros volvió inmenso. Frente a China (madrugada de este lunes en La Habana), tenemos que llevar la misma filosofía, porque es la clave del éxito”.
Así se expresó el mentor cubano tras el debut de la escuadra nacional en el III Clásico Mundial frente a la selección de Brasil, saldado con triunfo de 5-2. Cuatro entradas completas estuvo silenciada la poderosa ofensiva antillana ante los envíos de Andre Rienzo, quien supo sortear su descontrol para ir avanzando en el juego, sin la sombra de un imparable hasta el quinto episodio. “Tuvimos un gran lanzador de adversario, que sabe colocar la bola, quitarle, ponerle, y logró dominarnos. Pero de nuestro lado contamos con Ismel, también en excelente forma, el pitcheo aguantó y llegaron las carreras, ese era el plan”, dijo Mesa. Sobre la opinión del director cubano, antes, Barry Larkin había expresado que lo que más le impresionó del elenco caribeño fue “Jiménez, siempre se vio dueño de la situación, con madurez, como un verdadero jugador de béisbol. En este deporte, la calidad hay que mostrarla para llegar al triunfo, y él lo hizo”. Por cierto, Larkin, introducido al Hall de la Fama el pasado año tras una brillante carrera como jugador en el campo corto de los Rojos de Cincinati, se declaró un ferviente admirador del béisbol cubano. “Tiene muchísimo nivel”, nos dijo en animada charla antes de comenzar el choque. “Juegan con elegancia, con destreza a la defensa y dominan el juego”, sentenció. Del choque, significativo apuntar el trabajo de Ismel Jiménez. Cumplió con llegar hasta el quinto, le faltó un out para terminar. “Me cuidé de todos, con más énfasis en las primeras entradas para que no salieran delante. Estoy muy contento, porque estamos bien preparados, pero la responsabilidad de abrir el primer juego, la importancia que eso tiene, era algo que pesaba, y felizmente respondí, dijo el espirituano, quien afirmó: “yo sé que el Comandante en Jefe estaba viendo el juego, para él la victoria, y para todo el pueblo, que también sabemos no se acostó hasta el último out”. También la utilización de todos los jugadores de posición del plantel. “Creo que hicimos los cambios necesarios, no siempre dan el resultado que uno quiere, a veces los más jóvenes se desesperan, otra no se ejecuta bien lo mandado, pero me parece que fueron los que debíamos realizar”, expresó Mesa. De ellos llamó la atención la sustitución de Alfredo Despaigne. Tal vez las indecisiones en la caja de bateo con el toque de bola y el amago para hacerle swing fuerte o la falta de agresividad en bases en dos ocasiones pudieron haberle enviado una señal al timonel. Párrafo aparte para el pinero Raciel Iglesias, quien se presentó como si toda su vida de 19 años se la hubiera pasado en competencias de alto nivel. Como un consagrado trabajó tres capítulos casi de forma impecable, cerrando con escón de ponches.
Y un matiz quedó para después del out 27. Un periodista japonés le preguntó al manager cubano si su equipo estaba adaptado a la pelota oficial con la cual se juega este certamen, la norteamericana Rawlings. Se sonrió, y dijo: “nosotros podemos jugar hasta con las piedras, nos adaptamos fácilmente”. Antes del inicio del partido, los peloteros compartieron con el compañero Marcos Rodríguez, embajador de Cuba en Japón, quien presenció este primer encuentro.
4 de marzo de 2013 |