Futuro del béisbol incierto con III Clásico Mundial

POR FAUSTO TRIANA, ENVIADO ESPECIAL

La idea de potenciar el béisbol con carácter más amplio y multifacético pareció encender la llama de un deporte nunca bien mirado en el ámbito olímpico, pero al parecer la idea del Clásico Mundial naufraga.

Un torneo con reglas especiales adaptadas a los designios de los equipos de las Grandes Ligas estadounidenses y también a otros torneos profesionales, arrancó con entusiasmo en 2006 y dejó a Japón con la corona y a Cuba de segundo lugar.

Tal vez el mismo hecho de que los nipones repitieran en 2009 dejó un sabor amargo entre los jerarca de la Major League Baseball (MLB), ante un conflicto de intereses que hasta ahora, lejos de ganar adeptos, perdió terreno.

Una dicotomía que se repite en muchas disciplinas. El mercantilismo y las ganancias, contra el amor a la bandera, la defensa de una camiseta. Al sacrosanto fútbol se le reiteran estas controversias.

Sin embargo, la Copa FIFA, aún con sus detractores dueños de clubes, es cosa aparte, y la propia Federación Internacional del deporte de las multitudes se ha cuidado bastante de proteger al torneo olímpico y lides del orbe juveniles y de mujeres.

Para el béisbol la batalla por el retorno olímpico hacia los Juegos de 2020 tropezó con un nuevo obstáculo en fecha reciente: la salida temporaria de la lucha, un deporte histórico que fue sentado en el banquillo de los aburridos del espectáculo.

El Comité Olímpico Internacional (COI), que tampoco tiene una aureola de angelito sobre su cabeza, cuida con sumo esmero el tema de las taquillas. No basta con los multimillonarios ingresos que dejan los eventos múltiples.

En tal sentido, muchos sospechan que el dictamen de sacar a la lucha fue una estrategia del COI bien para obligar a esta disciplina a evolucionar en función del espectáculo, o para disparar las alarmas en otros aspirantes a los Juegos Olímpicos.    El béisbol, con el impulso vigoroso de su Federación Internacional (IBAF), llegó a un acuerdo con su socio el softbol para adelantar un proyecto de un deporte y dos modalidades hacia la cita de 2020.

Empero, el tema de la lucha, ahora fuerte competidor, y la friolera de ausencias de estrellas profesionales en el III Clásico Mundial pactado del 2 al 19 de marzo en varios países, no ayudan mucho a ese propósito.

Las esperanzas no se han esfumado todavía y muchos gurúes del béisbol, entre ellos prestigiosos manager como Joe Torre, de Estados Unidos, admiten que apuntalar el Clásico debería ser mandatario en bien del deporte de las bolas y los strikes.

Por ahora, disfrutemos los amantes de los jonrones del certamen que se desarrolla ya en Japón y Taipei de China, y se extenderá pronto a Puerto Rico y Estados Unidos. (PL)

 

3 de marzo de 2013


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