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México puede ser la carta debajo de la
manga YOSEL E. MARTÍNEZ CASTELLANOS Un asunto serio se ha convertido el III Clásico Mundial de Béisbol para los peloteros mexicanos. En más de una oportunidad varios de sus jugadores han manifestado el significado de representar a su país en un evento que, pese a los inconvenientes latentes, es sin duda un torneo que poco a poco ha ido ganando en interés; tanto en la afición, como en jugadores y directivos de Grandes Ligas.
En declaraciones emitidas a la prensa en días pasados, la estrella y capitán del seleccionado, Adrián González, sentenció que las claves para regresar a México con el título serán "conformar el mejor equipo que tenga bateo y defensiva, además de pensar y actuar como un conjunto unido". Sus palabras al final resultaron proféticas, pues la novena Azteca reúne un grupo sólido de jugadores, donde la experiencia y el oficio están presentes. Pese a conformar un gran equipo, -según se refleja en el papel-; los directivos no pueden contar con una serie de peloteros estadounidenses de ascendencia mexicana. Tales son los casos de Evan Longoria, Michael Young, Andre Ethier o Carlos Quentin, quienes si hubieran aceptado representar los colores del país de al menos uno de sus padres, convertirían a México en un candidato de fuerza. A todas luces vencer la primera ronda parece una formalidad para los mexicanos. El camino que tendrán por delante para obtener el título comenzará por finalizar entre las primeras dos posiciones de su llave, para ser parte de los ocho conjuntos clasificados a la segunda face que serán divididos en dos grupos y que jugarán con el sistema de doble eliminación. Si logran vencer el maleficio de la segunda vuelta habrán hecho historia, y se convertirían en un rival peligroso que nada tiene que perder.Prominentes figuras como el lanzador Yovani Gallardo, el jardinero Karím García, la primera base y cuarto bate, Adrián González, así como los relevistas David Hernández y Sergio Romo, coforman un equipo compacto. Los federativos mexicanos decidieron mezclar a sus Big Leaguers, con peloteros de la Liga Mexicana de Béisbol, la cual cuenta con elevado prestigio, hogar de muchos jugadores que no logran hacer el grado en las mayores de Estados Unidos. Con el presente equipo los mexicanos esperan demostrar que su béisbol no marcha muy detrás del dominicano y el venezolano. Este es un equipo que sabe guerrear, sus jugadores sacan la estirpe y la casta mexicana en momentos cruciales, frente a cualquier oponente. Subestimar a la novena mexicana, por no contar con algunos "chicanos" en su nómina, sería un error muy caro a pagar por sus contrarios. El eslabón débil Varios orificios resaltan en la novena que dirigirá Rick Rentería, coach de banca de los Padres de San Diego. Adolecen de un buen primer bate y segundo bate. Este es un factor importantísimo, pues si se quiere que sus toleteros Jorge Cantú, Adrián González y Karím García empujen carreras, la combinación 1-2 tendrá que cumplir su papel de alcanzar las almohadillas.
A todas luces esta parece ser una escuadra lenta en velocidad, con algunos titulares que frisan o sobrepasan los treinta años de edad. Poner la bola en movimiento y plantear el juego pequeño deberá ser una prioridad en caso que los grandes batazos a que nos tienen acostumbrados sus cañoneros no salgan de sus maderos. Además, más allá del sexto bate la ofensiva decrece notablemente sin jugadores que sobresalten para cumplir un rol determinado. El punto fuerte Según muchos entendidos en materia beisbolera la clave del éxito radica en el pitcheo. Unos afirman que constituye el 75% para ganar un juego de pelota, otros, más arriesgados, le otorgan hasta un 90% de probabilidades. Si es así, México tiene grandes expectativas de ganar la próxima edición del Clásico Mundial. Pitcheo de calidad le sobra en sus filas. A Gallardo lo deben secundar en la rotación de abridores en los partidos dos y tres respectivamente, Rodrigo López y Luís Mendoza. Para relevarlos estarán disponibles los experimentados Oliver Pérez, Alfredo Aceves y Marco Estrada. Con esta dupla de abridores la nave Azteca puede llegar al sexto o séptimo inning con el juego nivelado. Mientras en los capítulos finales de cada choque Rentería le puede echar mano a sus estelares del bullpen Fernando Salas, Hernández y Romo, este último, taponero de gran actuación con los campeones Gigantes de San Francisco en la postemporada 2012. Más allá de algunas luces y sombras México no será un contrario de puro trámite. Para vencerles habrá que jugar muy fino, y de forma agresiva. Ellos no creerán en grandes rivales, en más de una ocasión han sacado a favoritos de la competencia. La selección nacional de los Estados Unidos que asistió al I Clásico Mundial puede dar fe de lo anterior. 27 de febrero de 2013 |