5 de marzo de 2009

Japón respondió como favorito y China enseñó un buen béisbol

El campeón defensor no decepcionó jugando en calidad de anfitrión ante cerca de 55.000 espectadores

Japón respondió a su condición de favorito del Grupo A y abrió el II Clásico Mundial de Béisbol con victoria de 4-0 sobre China, conjunto que mostró sobre la grama del Tokio Dome cuánto ha avanzado su béisbol.

Yu Darvish ganó el primer juego del Clásico.

El campeón defensor no decepcionó jugando en calidad de anfitrión ante cerca de 55.000 espectadores y abrió el marcador en la tercera entrada por base del abridor chino, Chenhao Li, al torpedero Hiroyuki Nakajima; este robó segunda y llegó al plato por imparable del jardinero Norichika Aoki, quien arribó a tercera por error del patrullero central Sun Linfeng.

En el mismo capítulo el torpedero chino logró un importante out sobre Auki en el home, en una jugada donde mostró sus dotes defensivas. La escena, con hombre en primera, quedó lista para que la tercera base nipona, Shuichi Murata, despidiera la esférica por el jardín izquierdo.

Eso fue todo lo que permitió Chenhao, quien en cuatro capítulos dejó en igual cantidad de jits a la poderosa ofensiva rival. Luego los relevistas chinos, toleraron una más sin que le dieran jits, la primera muestra de la mejoría china en el torneo.

El partido tuvo excelentes jugadas a la defensa, como las del propio Murata en tercera y la combinación de torpedero y segunda base japonesa. Entre signos de admiración también el engarce de Hichiro Zuzuki en la tercera entrada sobre el mejor batazo chino, salido del bate de su primera base, Chu, otro que firmó una excelente atrapada en la sexta entrada, con bases llenas.

Yu Darvish lanzó tres entradas para los nipones y se llevó la victoria, con excelente economía de lanzamientos, solo 31 de ellos 18 strikes. Darvish, además, dejó sin jits a su oponentes. Chenhao cargó con el revés.

Shuichi Murata dio el primer jonrón del Clásico.

Otra de las pruebas del avance del equipo de China estuvo justamente en el marcador final del encuentro: 4-0, permitiendo solo cinco jits. Bastaría remontarnos al marcador de este mismo choque en el I Clásico para reafirmar la nueva realidad del béisbol chino. En aquel entonces la pizarra reflejó un desproporcionado 18-2.

Por cierto, al que si no le ha ido nada bien frente a China es a la estrella de los Marineros de Seattle, Ichiro Suzuki. En la primera edición, pese a lo abultado del pizarrón, solo pudo conectar un sencillo en seis turnos y ahora se fue en blanco en cinco. Contrasta con su impresionante palmares de 1805 jits en sus 8 años como jugador de Grandes Ligas, que le da un promedio de 225 por temporadas.

Hichiro en los juegos de preparación para este certamen había logrado un pálido balance de 3 jits en 23 veces al bate. Sin embargo, al decir del mentor japonés, "eso no me preocupa, es un excelente bateador y él sabe salir de un mal momento".

En la tarde asiática, casi al amanecer en América, Sudcorea estará midiéndose a taipei de China en el segundo encuentro de este grupo A, que reúne en su nómina a los poseedores de los títulos más preciados del béisbol: Japón, el del Clásico, y Sudcorea, el de los olímpicos, justamente ambos ganaron esas lides derrotando a Cuba en esas finales.

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