Las tres fiestas de los colombianos

Guerra regaló una competencia inolvidable: primer clavadista cubano que gana dos de oro. Los esgrimistas aseguraron ya su deporte, pese a un gran susto

Rafael Pérez Valdés y Ricardo López Hevia (fotos) Enviados especiales

CARTAGENA.—Los colombianos tuvieron tres fiestas este jueves. Una ya venía desde el sábado: los XX Juegos Centroamericanos y del Caribe. Otra fue la celebración ayer, con día no laborable, bueno también para ir todavía más a los estadios, del grito de independencia de la República, ocurrido en 1810.

Es decir, un importante momento que se vivió hace ya 196 años, y que motivó ahora la organización de distintas actividades, incluida una marcha: "Los españoles nos tenían abajo, tristes...", nos comentó Bernarda, quien apoya a la delegación de prensa escrita cubana en el difícil traslado por las diferentes instalaciones.

¿Y cuál es el tercer momento? Los colombianos, un tanto sorpresivamente, llegaron a estar durante una parte del día segundos en la tabla de medallas, detrás de los mexicanos, y por delante de los deportistas de nuestro país. El Servicio de Noticias del Estado (SNE), perteneciente al Gobierno, llegó a transmitir una nota en la cual destacaba ese hecho, ocurrido por primera vez.

UN LUGAR EN LA HISTORIA

Entremos ya en las instalaciones: el clavadista cubano José Antonio Guerra regaló desde la plataforma una excelente demostración (que mereció cinco notas perfectas de diez), con una elevada puntuación de 556.35, récord personal, mejor que un 536 hecho en España.

La silueta de Guerra en el aire, una imagen del triunfador.

—Me dijiste un día antes que "estabas cansado, que iba a ser tu competencia número 47 del año", y te apareces implacable...

"Es verdad que estoy cansado", dijo con una sonrisa pícara. "Estoy agradecido con este público que vino a verme, mis amigos, los polistas, otros miembros de la delegación", dijo en el Complejo Acuático mientras recibía diversas felicitaciones, incluida la de José R. Fernández, presidente del Comité Olímpico Cubano.

Un dato: el santiaguero se convirtió así en el primer clavadista de nuestro país, tanto en el masculino como en el femenino, que conquista dos medallas de oro en los mismos juegos.

La alegría de Guerra mejoró el sabor que habían dejado un rato antes los tres metros femeninos, en los cuales, Yaima Mena (219.85) y Yoslaydis Herrera (215.45) no pudieron pasar de los escaños once y trece (entre igual número de competidoras).

JUGANDO CON UN CAMPEÓN

Lo de la esgrima fue como para comerse las uñas, pero vayamos por orden cronológico: primero se vivió el triunfo del equipo masculino de espada, integrado por Andrés Carrillo, Camilo Boris, Guillermo Madrigal, y Daimar Arteaga (no empuñó el arma), un floretista que sustituyó a Noel Díaz.

El match, ¡otra vez contra los venezolanos!, unos rivales encarnizados en esta cita, llegó a ponerse muy tenso, pero los muchachos dirigidos por Jorge Valdés dieron los golpes necesarios para llegar a un 45-37, liderados por Andrés Carrillo, único con tres éxitos, y balance de 14 estocadas a favor, seis en contra, +8.

Hace un año Carrillo, campeón individual, tuvo en La Habana dos combates muy reñidos, decididos 15-14, uno a favor y otro en contra, ante el venezolano Rubén Limardo, dos veces campeón mundial juvenil, pero ayer lo dominó con pizarra de 7-3.

—¿Cómo te las arreglaste ahora para casi jugar con Limardo?

"Ello se debió al estudio de los equipos, observamos los videos, y sabíamos lo que teníamos que hacer", explicó.

COMERSE LAS UÑAS

Lo mejor estaba por llegar: ¡qué duelo el del sable femenino! Las cubanas arrancaron con paso seguro, pero la ventaja se fue a bolina, resultó luego recuperada con un 8-0 por Mailyn González, desquitándose de un fallo en la ronda anterior.

Y un poco después... la venezolana Alejandra Benítez, quien ha estado en La Habana, controló a Haydis Márquez por 14-3, poniendo incómodo 38-40 (llegó a estar antes 35-26). La última y desesperada oportunidad descansaba en el sable de Ana Fáez, monarca individual, ahora ante la suplente Nulexis González: logró dominarla con un espectacular 7-3, el cual dejó los números finales en 45-43, bueno para asegurar el triunfo de la esgrima, que concluye hoy.

"No estaba tan presionada, salí a dar los golpes que mi compañera no pudo dar. Habíamos dicho que íbamos por la de oro. Todas las contrarias eran de cuidado. No ha sido mi combate más difícil: ese fue uno en que perdía 7-14, y gané 15-14, durante el Mundial de La Habana’03, en que pude incluirme entre las ocho finalistas", acotó.

Las muchachitas, redondeada la victoria, dieron rienda suelta a la emoción con lágrimas.

20 de julio

Redacción Deportiva  y Equipo de Ediciones Digitales del Periódico Granma

 

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