Cuba escaló a la segunda posición Cuatro de oro para tiradores de la Isla Coto Wong, enviado especial CARTAGENA.—Cuando todo parecía indicar que la Mayor de las Antillas terminaría la quinta fecha del certamen de tiro sin pergaminos, los representantes de la Isla se alzaron con los títulos de las pruebas de skeet y de pistola de tiro rápido 25 metros, individual y por equipos, para escalar hasta la segunda plaza del cuadro de preseas con 15 medallas (5 de oro) superando a Colombia, que bajó al tercer lugar con 2 de oro, 2 de plata y 3 de bronce.
Leuris Pupo y Juan Pérez, monarca y subtitular de los Juegos Panamericanos de Santo Domingo’03, repitieron en esta ocasión la misma actuación para consolidarse ambos entre los mejores especialistas de esa arma en la región. De esta manera, retornó a una plaza que había conquistado durante los Juegos de Maracaibo’98. Esta es la octava ocasión desde 1926, primeros Juegos, que la Isla conquista la corona de esa modalidad de la pistola, misma cifra de veces que se ha agenciado la presea dorada en el torneo por equipos (Pupo-Pérez-Lázaro Lorenzo). Juan Miguel Rodríguez, medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Atenas, fue el hombre grande en el skeet. Tal y como disparó en la clasificatoria donde terminó en la primera plaza con 121 unidades, en los 25 tiros adicionales de la tanda definitiva alcanzó un puntaje de 144, es decir, solo falló dos platos. Su compañero Guillermo A. Torres se adjudicó la de plata, para el segundo uno-dos de la jornada. El equipo de esta modalidad (354-Rodríguez-Torres y Servando Puldón) paró en seco las aspiraciones colombianas de revalidar su reinado de El Sal-vador’02 y retomó la posición de líder conquistada en la justa venezolana. SALDÉ UNA DEUDA CONMIGO MISMO
En los Juegos Panamericanos de Winnipeg’99, sus primeros, no pudo levantar ninguno de los tres movimientos del arranque, para quedarse solo con la aspiración en ristre y regresar a casa con miles de pensamientos dándole vueltas en la cabeza. Lo acontecido en el Coliseo Chico de Hierro nada tiene que ver con aquel atleta de años atrás porque, de lo contrario, nunca hubiera podido derrotar al venezolano Julio Luna, quien llegó a estos Juegos precedido de una aureola de triunfos y atesora los títulos de los Centro-Caribes de San Salvador’02 y de los Panamericanos de Santo Domingo’03. "Luna será siempre un rival de cuidado. Teníamos una vaga idea de que podría alistarse en los 105 kilogramos. Entonces, mi entrenador y yo comenzamos un trabajo preparatorio más localizado. Fueron muchos días de prohibiciones, de no salir a ningún lugar. "Ganar unos Juegos Centroamericanos es maravilloso y me siento lleno de alegría. Era una deuda que tenía pendiente conmigo mismo. Y se lo dedico a mi madre, porque este triunfo se lo debo a ella. Fue la única persona que confió en mí, y me alentó en todo momento, aun en mis peores tiempos de pesimismo debido a las lesiones. Siempre me dijo: Mi hijo, tú sí puedes, no decaigas nunca." seremos unos eternos inconformes
"Eternos inconformes porque estamos convencidos de que cada día podemos ser mejores. Realmente nos habíamos preparado muy bien para cumplir con los objetivos que traíamos: finalizar entre los cuatro primeros. "Pero nos tocó el grupo más fuerte del torneo, con dos rivales de excelente nivel como México, un equipo que había sido campeón mundial-sub-17, reforzado con figuras de su primera división, y Venezuela, con sus jugadores profesionales. "La arista más positiva es que hemos comprobado que no estamos lejos del nivel de nuestra área, la CONCACAF; en el orden físico estamos a la altura de ellos; en el técnico-táctico casi similar, pero en experiencia competitiva nos llevan amplia ventaja", finalizó. 20 de julio 2006 |
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Redacción Deportiva y Equipo de Ediciones Digitales del Periódico Granma
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