Proyectos itinerantes Sin un lugar fijo para exponer sus obras, un grupo de artistas decidió andar por la ciudad para pegar carteles en muros o intervenir en una parada de ómnibus; mientras otros se entusiasmaron con esos enormes objetos rodantes, para el transporte urbano, conocidos popularmente como camellos para dotarlos de la figuración, las estridencias y el humor que conlleva una buena parte del arte contemporáneo. Más alejado y desprejuiciado respecto a cualquier propuesta estética, los artistas se lanzan a reparar y decorar bicicletas en diferentes puntos de la ciudad o bordar mapas de la ciudad para recordar por donde se camina. Estas son modalidades que la Bienal retoma para contribuir a ampliar los horizontes de la cultura visual cotidiana, esa que parece no tener definidos sus límites. |