Pese a las adversidades naturales como el reciente
terremoto y diversas campañas políticas en su contra, aceleradas por
Occidente desde que se le otorgó la sede en el verano del 2001, la
República Popular China ha llegado a su hora cero como la primera nación
del Tercer Mundo transformada en una de las principales potencias
mundiales que es sede de unos Juegos Olímpicos.
La XXIX justa cuatrienal está sirviendo al mundo para
conocer, como nunca antes, a China y su gente, que con unos 1 300
millones de habitantes constituye la quinta parte de la población
mundial. El mapa arquitectónico de Beijing, con esa mezcla de diseños
futuristas y joyas históricas en sus edificaciones, deja boquiabiertos a
las decenas de miles recién llegados.
Después de los Juegos también habrá que hablar de un
nuevo Beijing. Y muy probablemente de una nueva China.
Durante los 18 días de competiciones, 302 juegos de
medallas serán disputados en 38 disciplinas en las cuales Cuba luchará
en 102 pruebas de 16 deportes buscando mantenerse en la zona
privilegiada del medallero con una delegación puramente nacional, sin
nacionalizados de ocasión y pese a desertores. En Atenas’04 la Isla
ocupó el undécimo puesto, con 9 medallas de oro, 7 de plata y 11 de
bronce.
Se estima que 5 500 entrenadores y oficiales, casi 3 000
jueces y árbitros, y más de 20 000 representantes de la prensa formen
parte del evento que tendrá fuera de la capital a seis escenarios de
competencias, cuatro con fútbol —que comenzó dos días antes— en
Shanghai, Tianjin, Shenyang y Qinhuangdao, uno para las velas en
Qingdao, y otro de equitación, en Hong Kong.
Tanto el COI como los organizadores han informado que
serán los Juegos más transmitidos, con unas 5 000 horas en 220
territorios en el mundo y una teleaudiencia de 4 000 millones de
personas.
Lamentablemente, serán estos los últimos Juegos para el
béisbol, tras una controvertida decisión del Comité Olímpico
Internacional (COI) que en el 2005 también sacó del programa al softbol
y al pentatlón moderno, este último después readmitido. Los dos primeros
se evaluarán nuevamente en octubre del 2009 junto al kárate, rugby a
siete, golf, squash y patinaje, esperanzados en volver para la versión
olímpica del 2016, tras la obligada ausencia en Londres’12.
A promocionadas rivalidades de famosos en varios
deportes como el atletismo, natación y tenis, otra a nivel global robará
la atención hasta el 24 de agosto: el duelo China-EE.UU. por el
liderazgo del medallero tras lo visto en Atenas, cuando los asiáticos
solo quedaron a cuatro títulos de los norteamericanos, una circunstancia
que podría ser otra por el peso de actuar como locales los chinos, luego
de que solo en 1984 consiguieron su primer oro.
El secreto sigue envolviendo el guión de la ceremonia de
apertura en la que estarán involucradas unas 100 000 personas, entre
espectadores, deportistas, el resto de la familia olímpica, y artistas.
Unos 80 mandatarios y primeros ministros, y otras personalidades
políticas venidas del exterior, se encuentran en Beijing para asistir a
la inauguración. Cuba estará representada por el vicepresidente del
Consejo de Ministros, José Ramón Fernández, quien es también titular del
Comité Olímpico Cubano y miembro del ejecutivo de la Organización
Deportiva Panamericana (ODEPA).
El brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue el primer
jefe de Estado latinoamericano en llegar y ha aprovechado su visita para
solicitar a China apoyo a la candidatura de Río de Janeiro para los
Juegos del 2016. España, por medio de su canciller Miguel Angel
Moratinos, también ha pedido el respaldo chino. Chicago y Tokio
completan la cuarteta aspirante a ser sede lo que se decidirá en octubre
del 2009.
Uno de los "misterios" de la apertura cobró nueva
dimensión al descartarse a Yao Ming, estrella en el baloncesto
profesional estadounidense, como el designado para encender el pebetero
al anunciarse que portará la bandera de la nación anfitriona. Cuando
ingrese hoy al superestadio, el fuego olímpico habrá recorrido 137 000
kilómetros en un periplo de cuatro meses por todo el mundo. Finales en
ciclismo, esgrima, levantamiento de pesas, tiro y judo abrirán mañana el
botín de los metales y Cuba, según previsiones, tendrá en el tatami su
más fuerte opción de podio por medio de Yanet Bermoy, en los 48 kg.
Los meteorólogos ya anticiparon que este viernes seguirá
nublado y gris como los anteriores, pero no habrá lluvia, como se temía
días atrás, únicamente aislados chubascos, por lo que la apertura no
estará pasada por agua. La lluvia será de fuegos artificiales no solo en
el Nido de Pajáro sino desde todo Beijing iluminando el mensaje que se
ve por doquier, hasta en la mismísima Gran Muralla: Un mundo, un sueño.
8 de agosto