BEIJING.—
Muy feliz de estar en China, país que ha avanzado mucho en todos los
órdenes y trabajó duro para merecer y organizar estos Juegos Olímpicos,
declaró aquí el cubano Dayron Robles, recordista mundial de los 110
metros con vallas.
Lo hizo instantes después de llegar a esta urbe,
procedente de la Isla, y consciente de las expectativas que despierta
desde que en junio pasado fijó en 12.87 segundos el primado del planeta.
No deja de hablarse sobre otro probable enfrentamiento
con Liu Xiang, le comentamos.
—Es así, y estoy contento por saber que mi presencia es
muy esperada por millones de personas ansiosas de verme correr contra mi
amigo Liu Xiang, un excelente atleta al que admiro y respeto, y con
quien tengo excelentes relaciones. Lo más importante es que el deseo de
vernos competir ha incrementado el interés por el evento, un éxito al
que me agrada haber contribuido.
¿Qué opinas al respecto?
—Liu Xiang tiene excepcionales condiciones, es el
campeón de Atenas. Al actuar aquí en China, donde es un ídolo, y la
buena forma en que llega a los Juegos, han hecho que la mayor atención
se centre en un posible duelo entre nosotros, pero existen otros atletas
de nivel, y el evento no será una final directa.
Habrá que estar bien desde las primeras pruebas
eliminatorias, porque los Juegos Olímpicos son la máxima aspiración de
todos y nadie puede darse el lujo de tener un mal día, así que será
necesario por parte de todos el máximo de concentración y mantenerla
todo el tiempo.
Llamó la atención que regresaras de Europa a La Habana,
casi a punto de viajar hacia Beijing. ¿Cuál fue la razón?
—Estos días en La Habana me permitieron encontrarme con
mi familia, estar con los míos después de la gira, aunque mantuvimos el
entrenamiento señalado para esta etapa y todo se comportó como
esperábamos. Ahora solo resta mantener la forma y seguir bien enfocado
en el propósito, que es luchar por el oro.
¿Algún comentario más?
—Le deseo al pueblo chino mucha suerte, felicidad y que
disfrute estos Juegos, al Comité Organizador mi más sincero
reconocimiento por las condiciones creadas a los atletas para que
compitamos con calidad.
8 de agosto