Ahora, cuando faltan cuatro días para la ceremonia
oficial de apertura de esta XXIX versión, todos los comentarios de los
miles de especialistas giran en torno a la posibilidad real de que los
anfitriones chinos destronen a los estadounidenses y se apoderen del
anhelado título de campeones de los Juegos.
Ser sede será siempre una ventaja. Le da a los dueños de
casa la posibilidad de presentar competidores en todos los deportes, en
todas las pruebas. Así, por ejemplo, en Seul¢ 88 los sudcoreanos se
instalaron cuartos con una cosecha de 33 preseas mientras España ocupó
el lugar 25 con un solo pergamino dorado.
Cuatro años después, en Barcelona¢ 92, se invirtieron
los papeles. La delegación ibérica subió como la espuma hasta la sexta
plaza ganando 13 títulos, una actuación irrepetible, mientras Corea del
Sur descendía al séptimo puesto. En Sydney¢ 00, Australia —que había
sido décima en Barcelona y séptima en Atlanta— se encaramó hasta la
cuarta posición con 16 medallas doradas y 58 en total.
¿A cuántas medallas podrán llegar los chinos en estos
Juegos que tienen asiento en su populosa capital? Sus dirigentes
deportivos han sido muy cautelosos a la hora de emitir pronósticos y se
limitan a decir que estarían satisfechos si superan su actuación de
Atenas’04. Pero, sin dudas, deben de rebasar la cota de 40 títulos y
colocar a Estados Unidos contra la pared.
La tabla estadística que acompaña este comentario
resulta elocuente, por muchas razones. En primer lugar, salta a la vista
que en solo 24 años y seis Juegos los norteamericanos han recibido el
privilegio de ser sede en dos ocasiones, Los Ángeles¢ 84 y Atlanta¢ 96,
esta última un dechado de incongruencias y desorganización del cual fui
testigo presencial.
Pero, descontando a la cita de 1984 a la cual no
asistieron los países socialistas, su promedio de títulos ha sido de
38,2 con dos menos de Sydney a la capital griega, y la mayoría de sus
triunfos centrados en las pruebas de velocidad del atletismo y la
natación.
China es todo lo contrario. Diversificó su deporte a tal
punto que en Atenas consiguió medallas de oro en 14 disciplinas
distintas, en cuatro de ellas por primera vez: tenis de mesa, atletismo
masculino (Xiang Liu se convirtió en el primer asiático en la historia
que gana una prueba de velocidad), lucha y canotaje.
La tendencia de los actuales anfitriones ha sido ir en
alza edición tras edición, a partir de Barcelona, en 1992. Dieron lo que
se pudiera llamar un "gran salto" en la urbe australiana, al ganar 12
títulos más y se consolidaron en el segundo lugar en la capital griega.
Ahora, con 639 deportistas, la mayor delegación de su historia, y cuatro
años de constante preparación, están a punto de conseguir una hazaña:
ser primeros en el medallero general.
CUBA EN PRIMER LUGAR
Al margen de la lucha entre estos dos colosos, Cuba
ocupa un lugar de privilegio en el concierto mundial, atendiendo a un
análisis de un estudioso de origen mexicano publicado por la
enciclopedia digital Wikipedia.
Según él, nuestro pequeño país alcanzó en los Juegos
Olímpicos de Atenas una medalla por cada 418 813 habitantes, promedio
que le da el primer lugar a nivel universal. Estados Unidos ganó una por
cada 2,7 millones de habitantes y México una cada 26 millones. Si Cuba
tuviera la población mexicana (más de 104 millones) hubiera podido
alcanzar 110 preseas en la cita ateniense, concluye el análisis.
4 de agosto