Para obtener más de 10 medallas de oro en los Juegos Olímpicos de
Beijing hay que subir una mata de corojo en short. La expresión es del
presidente del Comité Olímpico Cubano, José Ramón Fernández, hombre de
sobrada autoridad y experiencia en el mundo deportivo.
Enseguida me pregunté qué es una mata de corojo. Él mismo lo explicó:
una palma alta, como la real, pero, a diferencia de aquella, está
cubierta de largas y afiladas espinas.
Así de difícil es conseguir una decena de preseas doradas en la
máxima cita atlética del planeta. Y la historia le da toda la razón a
Fernández, pues llegar a esa cifra de títulos bajo los cinco aros ha
sido un privilegio en más de 100 años de Juegos Olímpicos.
En Beijing se celebrarán los Juegos de la XXIX Olimpiada, aunque solo
se ha podido premiar en veintiséis por las tres suspensiones en 1916,
1940 y 1944 a causa de las I y II Guerras Mundiales, y en ellas solo una
vez, en la edición de Sydney 2000, diez o más naciones pudieron alcanzar
el citado número de triunfos.
Agreguemos que de los actuales 202 Comités Olímpicos Nacionales, nada
más que 22 han logrado la decena áurea. De ellos, ocho la han alcanzado
solo una vez y tres —entre ellos Cuba—, lo han hecho en dos ocasiones,
el resto tiene más de tres versiones por encima.
De los 22 países que han podido subir la mata de corojo, 15 son
europeos, tres de América, también tres de Asia y uno de Oceanía. Por
supuesto, ninguno, excepto Cuba, es del Tercer Mundo.
Ojo, 14 de los vencedores de las espinas han sido sede, al menos una
vez, de la cita bajo los cinco aros, y cuatro la organizaron en más de
un ocasión: Estados Unidos (4) y Francia, Australia y Gran Bretaña, dos
cada uno.
¿Cuántos podrán subir la mata de corojo en Beijing? En el deporte los
vaticinios suelen jugar malas pasadas, sin embargo tiene una máxima, el
pez grande siempre se come al chiquito, a menos que el pequeñín sea un
David que no cree en los Goliat. Pero de esos la historia olímpica solo
conoce a uno, es del Caribe y se llama Cuba.
En la capital china los que siempre han coronado la cima del singular
árbol volverán a hacerlo sin mucha dificultad. El poderío económico, la
histórica acumulación de riquezas se traducen en ese contexto en
potencia deportiva, máxime en un mundo atlético signado cada vez más por
el profesionalismo y la comercialización.
¿Cuba? En Beijing la comitiva de la mayor de las Antillas tendrá que
enfrentarse a espinas mucho más grandes y afiladas. Tiene la
potencialidad suficiente para llegar a la decena dorada, incluso hasta
superarla, pero la tarea es ardua y requiere de exactitud milimétrica en
la preparación de los principales candidatos a lo más alto del podio.
Solo así se podrán vencer a las espinas y a los Goliat.