BEIJING.— El hombre que convenció a los chinos de
intentarlo otra vez y olvidar el malestar de las elecciones que
favorecieron a Sydney para los Juegos del 2000, el español Juan Antonio
Samaranch, llegó a Beijing dos semanas después de haber cumplido 88
años.
Un día antes de abandonar la presidencia del Comité
Olímpico Internacional durante la asamblea general del organismo que
dirigió por 21 años, en Moscú, en julio del 2001, Samaranch encabezó el
proceso de votación, pero sin votar, y se encargó de anunciar lo que
tanto deseaba: la victoria contundente de la capital china. Fue un acto
de justicia del olimpismo.
Así que parece disfrutar muchísimo hoy, envuelto en
innumerables muestras de admiración de las principales autoridades
chinas y su pueblo que le llaman "Samaranchi" o "Abuelo Sa".
A su llegada al hotel Beijing, donde se hospedarán los
miembros del COI, los presidentes de los comités olímpicos nacionales y
de las federaciones internacionales, Samaranch reiteró reflexiones
expuestas a la prensa en estos días:
"Los Juegos serán extraordinarios. No tengo la menor
duda de que la organización será impecable."
"China ha crecido demasiado para mucha gente y les da
miedo (a algunos políticos). Y hay quien usa los Juegos para intentar
frenarla. Por eso fue toda la operación contra el recorrido de la
antorcha olímpica."
"Hay que respetar el sistema político de todos los
países. Ellos (los chinos) tienen el suyo y la verdad es que no les va
mal económicamente. Yo creo que el fin principal de la política es que a
la gente le vaya mejor y yo puedo asegurar que en China se vive
muchísimo mejor que hace 25 años."
Fue su llegada, junto a la del titular del COI, el belga
Jacques Rogge, una de las notas importantes en la capital china ayer, a
ocho días de la apertura que estará precedida por la sesión del COI a la
que asistirá, por supuesto, y también ha sido invitado a la reunión
ejecutiva el 2 y 3 de agosto.
Antes de que se encienda el pebetero, igualmente se
pondrá en marcha el fútbol. Y un día después de la inauguración comienza
el apogeo del programa. El boxeo será uno de los puntos que fijará la
atención del mundillo deportivo. Cuba, a punto de llegar con sus 10
hombres desde Tailandia, subirá solo al mediano Emilio Correa en esta
primera jornada frente a un rival que se conocerá en el sorteo en la
mañana del ocho de agosto.
El jefe de prensa de la Asociación Internacional (AIBA),
el neozelandés Richard Baker, informó por correo electrónico que el
método del sorteo cambiará. "Será hecho con un sistema manual", comentó
el portavoz.
Y en espera de más detalles sobre este asunto tan
determinante en las aspiraciones a medallas, la familia boxística en la
que se cuenta aquí el legendario Teófilo Stevenson, lamentó la muerte a
los 56 años, víctima de cáncer pulmonar, del conocido campeón olímpico y
mundial semipesado yugoslavo, Mate Parlov, luego también monarca del
orbe entre rentados. Muchos cubanos recuerdan el contundente paso del
croata por el Primer Mundial de La Habana en 1974 y su final contra el
local Gilberto Carrillo, también fallecido prematuramente. Al cubano ya
le había ganado dos años antes en los Juegos Olímpicos de Munich, en la
disputa por el título de los 81 kilogramos.
Junto a Stevenson se hallan en esta sede otras glorias
de nuestro deporte.