Guerra dice que no tiembla Ha fallado
dos veces, pero confía en desquitarse RAFAEL PÉREZ
VALDÉS Una vez un especialista de casa me dijo que cuando
José Antonio Guerra, mejor clavadista cubano de todos los tiempos,
estaba entrando realmente bien en el agua, los siempre favoritos chinos
temblaban. ¿Hasta qué punto es exacta la afirmación? No lo sabemos, pero
en cualquier caso es reveladora de su jerarquía.
¿Qué
pensaste el 31 de diciembre cuando se aproximaba ya el año de los Juegos
Olímpicos de Beijing? Lo que comencé a pensar lo hice desde mucho
antes. Llevo no solo días o meses, sino años, esperando por ellos. Y más
que todo, ganando en agresividad, en exactitud, en precisión, pues van a
ser unos Juegos Olímpicos muy difíciles, en los cuales, como decimos
nosotros, vamos a ir a bailar a casa del trompo: los chinos, como se
conoce, son los mejores en nuestro deporte. ¿Cómo controlar la presión
de la competencia? Esa pregunta me la he realizado muchas veces. Por
suerte nos invitaron a la Serie Mundial, ya que no habíamos clasificado
en la Copa del Mundo, y eso nos ayudó mucho. Ahí se compite con una
presión mayor que la de unos Juegos Olímpicos, pues son dos grupos de
cuatro y a la final solo pasan dos. Los Juegos Olímpicos son un poco más
largos, abiertos, y a la final entran 12. Uno, tras esas experiencias,
va aprendiendo a controlarse. Es necesario haber pasado por ese
ambiente tenso, uno busca los mecanismos para desempeñarse como si lo
hiciera en casa. Parece que los de Beijing no serán tus últimos
juegos. Quiero seguir. Quizás sean los últimos en la plataforma
individual, no así en la sincronizada, ni tampoco en mi regreso al
trampolín. Me voy a divertir un rato más en nuestro deporte. Ya
conoces el Complejo Cubo de Agua, en Beijing, donde, por cierto, no
estuviste bien este año en la Copa del Mundo. No competí bien, para
nada. Llegué cansado, desconcentrado; hubo otros factores, con los
entrenamientos, que prefiero no mencionar. Mi salto desastroso lo
mejoré, aunque lo fallé en la final. Me faltó un poco de confianza. Se
lo dejé todo al cansancio; debí luchar más. La Copa me enseñó; fue un
golpe doloroso, pero necesario. Se dice que cuando vienes en buen día
los chinos tiemblan. Lo que pasa es que ellos no están acostumbrados a
tener gente que les gane. Yo he tenido el privilegio de hacerlo. Hay una
frase de Greg Louganis, el famoso ex clavadista: Las competencias hay
que enfrentarlas con la misma frialdad de un asesino. ¿Y no podría
ocurrir, sería humano, que tiembles tú? No creo que esa sea la
frase... Cuando yo no compito bien es porque no he llegado con la
preparación correcta. Todo está dirigido a que no quede ni un espacito
para el error por parte mía. Sé que va a ser una buena competencia. Lo
fundamental es entrar en la final, ya después se verá. Yo debo estar
concentrado en ello más que en la medalla de oro. Y así podría borrar un
poco lo de los dos Juegos Olímpicos, Sydney 2000 y Atenas 2004, sin
haber entrado en las finales. 26 de julio |