Fuera de todo cálculo y con una actuación de la que jamás quisieran
hablar, los canoistas cubanos se despideiron de los Juegos Olímpicos con
sendos novenos lugares en la canoa mono y biplaza a mil metros.
La dupla de Serguei Torres-Karel Aguilar, favorita a discutir hoy las
medallas después de sus desempeños en la eliminatoria, salió muy mal y
no pudieron encontrar el ritmo durante la regata.
Por su parte, el bote bieloruso de los hermanos Bahdanovich, Andrei y
Aliaksandr, se impuso a los campeones defensores, los alemanes Christian
Gille y Thomasz Wylenzek.
Al valorar la pobre actuación de los cubanos, el preparador Osvaldo
Labrada reconoció que aunque remaron con el tercer mejor tiempo en la
semifinal, la distribución de las fuerzas y el aspecto psicológico no
fueron los mejores.
Al respecto, agregó que esa situación provocó que el bote no tuviera
el desplazamiento adecuado y quedara noveno.
Sobre la posibilidad de haber reservado el binomio solo para los mil
metros y no remar los 500, el entrenador aclaró que históricamente Cuba
se ha presentado en las dos distancias en campeonatos mundiales, Copas
del Mundo como Juegos Olímpicos, sin que por ello afecte el resultado.
"El bote que fue plata hoy en los mil estará mañana en 500 y
posiblemente sea el campeón", aclaró Labrada para despejar cualquier
duda.
No obstante, Labrada insistió en que quizás el hecho de no haber
clasificado para la final de 500, como están acostumbrados, sí pudo
haber influido psicológicamente en Karel y Serguei.
Con una valoración más optimista definió la labor de Aldo Pruna en
esta final olímpica, pues "cumplió con sus pronósticos. Sus 24 años de
edad dicen que es un atleta con el que se puede trabajar para el próximo
ciclo olímpico, en un evento muy fuerte.
Dos ciclos olímpicos siendo medallista olímpico se rompieron para el
canotaje cubano. "No esperábamos estos resultados, pero eso no quiere
decir que vamos a descansar".