"Borrón y cuenta nueva" es la máxima que práctica el clavadista
cubano José Antonio Guerra, quien se ubicó en el puesto 11 en la
preliminar de plataforma de los Juegos Olímpicos de Beijing.
Dentro del colchón imaginario que forman las "burbujas" del Centro
Acuático de la capital china, el subtitular mundial de 2005 tuvo un
discreto arranque y seguidamente una fallida ejecución en el segundo
intento que lo catapultó al antepenúltimo puesto.
Pero con su maestría en el quinto salto, evidenciada en una de las
cuatro calificaciones que otorgaron los jueces en toda la noche, el
destacado ornamentista cubano escaló poco a poco en un difícil ascenso
hasta la oncena casilla.
Por su parte, el otro representante de Cuba, el jovencito Jeinkler
Aguirre, logró el cupo semifinalista en el lugar 16.
La competencia es salto por salto y te concentras en el que viene,
pues el malogrado queda atrás, dijo a la AIN el monarca panamericano de
Río de Janeiro.
Los rivales tienen mucho nivel, no se puede estar cometiendo errores.
La simple selección de estos 30 clavadistas fue muy difícil y cada uno
demostró hoy que no estuvo perdiendo el tiempo, aseguró.
Guerra no mira las puntuaciones que le otorgan, y agradeció que
"todavía lo miren así" en referencia a su magnífico quinto clavado que
lo hizo brincar del puesto 21 al 12.
Ahora tengo que enfocarme en la semifinal de mañana. Voy a hacer mis
saltos lo mejor que pueda porque no pienso en lugar, simple y llanamente
en pasar a la final, sentenció el destacado deportista santiaguero.
Actualmente el mejor ornamentista cubano ya superó su actuación de
hace cuatro años en la cita estival de Atenas, donde terminó en el
puesto 25.