BEIJING.— Más allá del resultado de los partidos que le restaban a la
selección cubana al término de la quinta jornada, el pensamiento del
mentor Antonio Pacheco apunta un poco más adelante y tras el choque con
Sudcorea la estrategia frente a los chinos será "darle trabajo a los
lanzadores que tendrán la responsabilidad de abrir los choques de
semifinal y final".
¿Sirvió el nocao frente a Holanda para despertar del letargo
ofensivo?
"Creo que sí. Todo el mundo sabe que el pitcheo de los holandeses no
es el mejor del torneo, pero siempre conviene un partido como ese, donde
la presión es menor y los bateadores pueden realizar su trabajo técnico
y táctico con mayor tranquilidad".
Le diste juego a varios hombres de la reserva.
"Ya dije en una ocasión que yo los necesito a todos. Un equipo es tan
fuerte como lo sea su reserva y en ese aspecto nadie supera a Cuba. Los
que están en el banco entrenaron igual durante estos últimos dos meses y
están preparados para entrar en cualquier situación de juego y ante
cualquier rival".
De acuerdo a la tabla de posiciones y el calendario, quizá el rival
en semifinales se decida en el último choque de la clasificatoria entre
Japón y Estados Unidos. ¿A cuál prefieres?
"Siempre ha sido mi filosofía respetar a todos los rivales, desde que
yo era pelotero. No me gusta escoger a un adversario, mucho menos en un
torneo como este, donde se disputa el título más codiciado por todos y
para el cual todos se prepararon. Japón tiene un gran pitcheo y Estados
Unidos es el equipo de mejor promedio al bate. Ambos son peligrosos,
ambos son dos potencias".
Algunos datos resultan interesantes. Tras finalizar el choque vs.
Holanda, Cuba había ascendido al segundo lugar en promedio ofensivo, 266
por 269 los norteamericanos y su cuerpo de lanzadores también era el
segundo de la justa, 2,54, únicamente por debajo del 1,84 de los
nipones. Y para completar, a la defensa también iba segunda, con un
excelente 985.