Los catorce representantes del judo, en ambos sexos,
constituyeron el primer grupo de atletas cubanos que arribaron al suelo
patrio, provenientes de la capital china, donde tomaron parte en los
XXIX Juegos Olímpicos.
"Es bueno estar de regreso. Me siento muy feliz", afirmó
la cienfueguera Yanet Bermoy, quien con solo 21 años ostenta el orgullo
de ser la primera medallista de la mayor de las Antillas en la justa
estival, al alzarse con el metal plateado en los 48 kilogramos.
Aunque conquistar el siempre tan anhelado oro no fue
posible en esta edición de los Juegos, los judocas cubanos supieron
ratificar su estirpe vencedora para cosechar otras dos preseas de plata
y tres de bronce, por intermedio de Anaisis Hernández (70 kg), Yalennis
Castillo (78), Idalis Ortiz (+78), Yordanis Arencibia (66) y Oscar
Braison (+100).
Pese al cansancio reflejado en su rostro por las largas
horas de vuelo y la desilusión de no haber obtenido su quinta medalla
olímpica desde Barcelona ¢ 92, la
multicampeona Driulys González sonreía con la frente en alto a su
llegada.
"No terminé como esperaba, pero estoy orgullosa de mi
carrera deportiva y de la actuación que tuvo el judo", confesó la
guantanamera, sabedora de que tanto ella como sus compañeros
consiguieron el lauro más importante: el reconocimiento de millones de
compatriotas que, desvelados, los acompañaron día a día en cada batalla
por brindar lo mejor de sí. Justo premio a tanto valor y sacrificio.
Al cierre de esta edición se esperaba el arribo de una
segunda expedición, encabezada por el luchador Mijaín López, abanderado
de la delegación y único medallista de oro, de momento, para la Isla.