La judoca Idalis Ortiz (+78 kg) se despidió muy feliz de los XXIX
Juegos Olímpicos. A sus 18 años acaba de ganar un bronce que no sólo
significó la cuarta medalla de su selección, sino que permitió continuar
la tradición de una cubana en el podio en esta división desde Barcelona
1992.
Con una sonrisa amplia y por vez primera sin ninguna expresión de
llanto (algo que marcó a las tres anteriores subcampeonas de estas
disciplina por el dolor de haber perdido el título), la muchacha expresó
sentirse muy contenta en su primera experiencia a este nivel, sin dudas
el más cotizado por cualquier deportista.
"Me siento muy con este bronce olímpico y quiero agradecerle a todas
las personas que me ayudaron y, por tanto, son parte de este éxito. En
especial a mi familia, a los entrenadores de hoy y a los que me
iniciaron en la base y a Daima Beltrán", señaló en sus primeras
palabras.
Al profundizar en el compromiso moral que significaba estar en una
división donde Estela Rodríguez (1992 y 1996) y Daima Beltrán (200 y
2004) obtuvieron sendos platas, Idalis significó que estas cuatro
medallas sólo le sirvieron de estímulo para igualar o superar esa
actuación.
"Daima me ha ayudado mucho, con consejos de hermana, de hija, de
madre y antes del combate semifinal volvió a hacerlo, para quitarme
presión y contribuir a que saliera lo mejor posible en ese dura pelea",
puntualizó la también campeona panamericana.
"No justifico nada. Perdí. La china de la semifinal (Wen Tong) es una
atleta fuerte y solo en contadas ocasiones nos habíamos enfrentado, pero
pienso que no va a ser la última ni la primera vez que nos enfrentemos",
dijo confiada en que habrá una pronta y segura revancha.
La flamante bronce olímpica de la división superpesada entró al
equipo nacional hace aproximadamente tres años y desde entonces "no ha
faltado mi disposición de aprender y superarme, de trabajar duro con la
ayuda del colectivo de entrenadores".
"Los pensamientos de la victoria se traen desde la noche anterior en
que uno sabe los rivales que hay que enfrentar. Había hecho muy buena
preparación en Japón y sin sentirme confiada sabía que podía alcanzar
una medalla. Eso me ayudó mucho para este tercer lugar", respondió la
pinareña.
Finalmente, resaltó la calidad y lo fuerte que ha estado todo el
torneo de judo, donde muchas campeonas mundiales y olímpicas han
regresado a su casa, en tanto transmitió un saludo final de todo el
equipo al pueblo de Cuba por seguir sus combates. "Dimos todo lo mejor
que pudimos y aunque no llegó el oro, cumplimos", acotó