BEIJING.— Una de esas medallas que se disfrutan, y te llenan de ánimo,
independientemente del indiscutible valor que representa cada color, fue
la bronceada alcanzada por Eglis Cruz en la modalidad de rifle tres
posiciones, a 50 metros los blancos.
Afuera caía un tremendo aguacero, adentro se produjo un chaparrón de
felicidad, de satisfacción. Se trataba de un hito en la historia del
tiro deportivo cubano, pues si bien otras dos bronceadas constituían el
antecedente, ambas habían sido a cargo de varones y en la modalidad
skeet, una de las que se ejecutan con escopeta.
Además, el premio se conquistó con el mejor rendimiento de la atleta,
que batió primero por tres puntos su tirada de clasificación (588, a uno
del récord olímpico, por 585) y luego superó también el récord de
finales, con 687.6 por 685.4.
La triple medallista de oro panamericana, oriunda de Sancti Spíritus
y de 28 años de edad, acaba de llegar a su consagración olímpica,
después que hace cuatro años, en Atenas, apenas ocupó el lugar 20 (571)
en esa especialidad y el 39 en el rifle de aire a 10 metros (385), en el
que ya aquí había avanzado hasta la posición 11 (entre las 43 mejores
del planeta clasificadas), con 396, quedándose fuera de la final de ocho
por la última serie.
Tanto ella como su entrenador José Ignacio Cruz, un ex integrante del
equipo Cuba, compartieron sus impresiones con los periodistas:
"Esta medalla es para el pueblo de Cuba y en especial para el
Comandante, que ayer cumplió años. Me esforcé mucho, lo di todo por
lograrla… Anoche no dormí", reveló ella, mientras que él apuntó: "Esto
venía caminando, porque la preparación fue muy buena y los
entrenamientos de aquí estaban indicando que podía hacer entre 587 y 588
y entrar en la final; se portó muy valiente todo el tiempo en la
competencia. Allá dijimos que queríamos entrar en la final y ver qué
pasaba… y pasó".
En la competencia estaba la flor y nata mundial de la especialidad.
La checa Katerina Emmons (687.7), campeona en el rifle de aire, la
superó en una décima por la plateada. La china Li Du, cuarta en
neumático, fue ahora la nítida monarca, igualando el récord olímpico de
la clasificación (589) y mejorando el de finales, con 690.3. El anterior
de 688.4 estaba en poder de la rusa Lioubov Galkina, relegada esta vez
al cuarto escaño.
La recordista mundial alemana Sonja Pfeilschifter, la subcampeona del
orbe polaca Sylwia Bogacka y la subtitular olímpica italiana Valentina
Turisini, ni siquiera pudieron estar entre las ocho finalistas.