Sensacional,
lleno de emociones y de un altísimo nivel, son las primeras impresiones
que se pudieron sacar de la contundente victoria del equipo de voleibol
femenino de Cuba sobre su similar de China en los Juegos Olímpicos.
Lo que lo hizo más dramático fueron las dos derrotas del
sexteto antillano en los dos primeros sets, ante un cuadro chino que lo
hizo todo a la perfección, lo cual se conjugó con constantes errores en
la defensa de las morenas del Caribe.
Sin embargo, dos de las mejores atacadoras del mundo,
Yumilka Ruiz y Rosir Calderón, fueron sumando punto a punto hasta vencer
en la tercera manga, en la que apareció el bloqueo cubano con sus
primeros estragos.
En el cuarto set Yanelis Santos resultó eje en la
victoria con sus cinco puntos directos con el saque, un arma que comenzó
a flagelar la defensa de las anfitrionas, mermadas también frentea una
muy certera defensa en la net que hizo que el set se fueron hasta 32
puntos.
Psicológicamente las cubanas llegaron mejor al quinto y
decisivo round, mas las chinas, titulares olímpicas en Atenas-2004,
abrieron con tres puntos de ventaja, merced a las fallas en la defensa
de campo del cuadro de la Mayor de las Antillas, pero nuevamente el
bloqueo y la séptima unidad de Yanelis con el servicio pusieron delante
a Cuba 8-7. A partir de ese momento el marcador reflejó constante
abrazos, hasta que en el 13-13, las cubanas se despegaron
definitivamente gracias a su poderosa ofensiva y a los errores de sus
rivales.
La gradería quedó atónita, nadie podía creer lo que
acababa de suceder, las magistrales jugadoras del equipo campeón
defensor sucumbían cuando casi festejaban el triunfo. Las cubanas sabían
que era un partido muy difícil, ya tenían este año una victoria en
Montreaux, Suiza sobre el elenco local, pero en los Juegos y jugando en
casa la calidad de China se multiplicaba, así lo expresó antes del
choque la capitana Yumilka Ruiz.
Pero también dijo entonces que saldrían a poner, net por
medio, todo su empeño… y así lo hicieron en un día muy especial para
ellas y para todos los cubanos. No hay mejor regalo a Fidel en su
cumpleaños que esta victoria, no solo por el hecho de conservar el
invicto o de un simple triunfo, sino por la forma en que lo hicieron,
convirtiendo un revés en victoria, es decir, con la misma entereza con
la que siempre él ha guiado los destinos de nuestra Patria.
Así fueron los parciales del encuentro: 18-25, 14-25,
25-23, 32-30, 15-13.