Driulis González no pudo cumplir su ansiado anhelo de despedir su
carrera deportiva con una nueva medalla olímpica, pero pasará a la
historia como una de las grandes del judo mundial, del deporte cubano y
del movimiento atlético internacional.
La González se vio mermada en el orden físico en todos sus combates,
lo cual la afectó a la hora de imprimirle velocidad a sus intentos
ofensivos y al propio tiempo le disminuyó su estrategia defensiva, tanto
que llegó a ser penalizada por esta causa.
Sin embargo, a sus 35 años deja para los tatamis cubanos un aval
inédito: cuatro preseas olímpicas (oro en Atlanta-1996, plata en
Sydney-2000 y bronces en Barcelona-1992 y Atenas-2004), trayectoria a la
que suma sus site lauros en campeonatos mundiales: oro en Shiba-1995,
Birmingham-1999 y Río de Janeiro-2007; plata en París-1997 y bronces en
Hamilton-1993, Osaka-2003 y El Cairo-2005. Su rica hoja de servicios
incluye cuatro coronas en los Juegos Panamericanos.
Con toda esa historia de 18 años sobre los más exigentes escenarios
mundiales llegó a Beijing, con mucho coraje, en busca de otro título
más, que no consiguió en el podio, pero que si había ganado, pues su
pueblo y todo el judo internacional ya le ha entregado de por vida el
premio a la constancia, a su valentía y a esa fuerza de voluntad de
hierro de esta mujer de la provincia cubana de Guantánamo. A Driulis la
seguiremos viendo como la campeona que es, porque ha escrito una de las
páginas más gloriosa de la mujer en el deporte.
En definitiva no pudo con Ayumi Tanimoto, una japonesa que reeditó su
éxito de hace cuatro años en Atenas, y con la cual no se le conocía
derrotas a Driulis. En esta ocasión, la nipona encontró la brecha
gracias a la falta de reacción de la cubana. Fue realmente muy superior
en todos los ordenes. Por el bronce Driulis estuvo aún peor y aunque
forzó el combate a tiempo extra con la holandesa Willebordse, ya el mal
estaba hecho. El otro tercer premio fue para la coreana democrática Ok
In Won.
Tanimoto venció en la final a la francesa Lucie Decose, la misma que
había perdido con Driulis en la disputa del cetro mundial el pasado año
en Europa.
En el sector masculino oscar Cárdenas, de quien se había ponderado,
con razón su alto nivel técnico, volvió a fallar en el aspecto táctico y
eso le costó salir temprano de la competencia, pese a eliminar en su
primer combate al francés Anthony Rodríguez, subcampeón del orbe en la
lid brasileña de 2007. Después de esa hazaña, cedió ante el mucho más
cómodo rival, el portugués Joao Neto.